Asesinato.-Es reo de
asesinato el que matare a otro con alevosía o con ensañamiento, aumentando
deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. El asesinato se puede cometer
también en grado de conspiración.
En el Paseo de los Melancólicos,
cerca del estadio Vicente Calderón se ha consumado un delito de asesinato
mediante el apaleamiento salvaje de un coruñés, al que luego se sumergió en
agua helada durante su agonía. Asimismo se intentó, al menos, otro asesinato (grado
de tentativa), aunque en este caso el coruñés consiguió ser rescatado de las
aguas. Los verdugos actuaron en forma fría y mecánica, en absoluto tumultuaria,
dada su gran superioridad.
Los hechos sucedieron
durante uno de los periódicos alardes que tienen lugar entre aficiones, es
decir un enfrentamiento cara a cara mediante agitar de banderas, escarceos
verbales y, a veces, algún empujón. Por ejemplo, el último acaecido en Coruña
entre los Riazor Blues y los Ultra Boys de Gijón, saldado con cuatro
detenciones.
Lo acaecido en el Paseo
de los Melancólicos es algo que no tiene nada que ver, es un asesinato, un de-li-to
de a-se-si-na-to. Los gallegos se vieron sorprendidos por una emboscada de
corte fascista, apaleados con postes, maderos y vigas que no viajaban en su autobús. En realidad, y por lo que hemos visto, lo
que más hicieron los Riazor Blues fue correr, correr y correr, al darse cuenta de que
se les venía encima una multitud armada que los triplicaba.
Las consecuencias de los
hechos fueron: 4 detenidos del grupo que amparaba a los asesinos; 16 del grupo
coruñés (los prófugos que intentaban evitar su asesinato); una grada del coruñés
estadio de Riazor cerrada y la destitución ecuánime de un responsable de cada
uno de los clubs implicados.
A Jacques no le convencen
esos métodos bienpensantes de restablecer el equilibrio jurídico. Un asesinato
solo se cierra con un juicio y una condena a muchísimos años.
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