martes, 12 de abril de 2022

LOS VIUDOS/AS Y EL DERECHO DE TRANSMISIÓN

La primavera la sangre altera
 

SUMARIO

1.-LOS VIUDOS/AS Y EL DERECHO DE TRANSMISIÓN

2.-CON FEIJÓO

3.-DOCAMPO VERSUS COLÓN



1.-LOS VIUDOS/AS Y EL DERECHO DE TRANSMISIÓN

 

La pregunta en extracto y modificados algunos de sus parámetros  es la siguiente: fallece el causante que instituye heredera a su hija,  dejándole en herencia determinado piso; posteriormente fallece la hija sin aceptar ni repudiar dicha herencia, en estado de casada con determinada señora y abintestato; la declaración de herederos nombra por tal a la hija de la anterior (nieta del 1º causante y dueño del piso) sin perjuicio de la legítima de la cónyuge. La relación entre la heredera final y su madrastra es manifiestamente mejorable, de suerte que no es esperable ninguna colaboración por su parte.

 

Mi opinión, asimismo manifiestamente mejorable, es:

Podemos explicarnos del Derecho de Transmisión como aquella situación en la que, tras haber fallecido el abuelo/a (A), fallece el padre o madre (P) sin aceptar ni repudiar aquella herencia, transmitiendo ese derecho su propio hijo/a y heredero (H). Según tiene declarado el Tribunal Supremo en estos casos la herencia se defiere directamente desde el transmisor  (A) al transmisario (H), sin hacer “escala” en el transmitente  (P), por lo que es innecesario el consentimiento para la adjudicación de herencia del cónyuge viudo (V) usufructuario (de legítima o de totalidad) del transmitente.  Sin embargo, la Dirección General del ramo, en una Resolución opinable, distingue la aceptación de la herencia de la adjudicación de los bienes (supongo que tampoco responde el aceptante de las deudas), con lo que llega a la conclusión de que sí es necesario dicho consentimiento de V. Con la inopinada consecuencia para el Derecho de Galicia de que se vuelve más importante el derecho del viudo que el de los hijos, puesto que el 1º parece un derecho real (usufructo de ¼), mientras que el 2º es un crédito ajeno a la herencia que se puede pagar del bolsillo del heredero.

 Por suerte nuestro derecho nos da los instrumentos para remediar eso; sólo tenemos que utilizarlos. La Ley de Galicia concede a los herederos la facultad soberana y omnímoda (sin intervención de nadie, en especial siquiera del viudo/a legitimario) de determinar la naturaleza de la legítima. Nada impide que el heredero/s asigne en el propio instrumento a la legítima viudal “naturaleza crediticia, pagadera en dinero”, quedando “excluida la atribución como derecho real, sea en usufructo o de cualquier otra clase”. En tal caso la intervención del viudo/a sólo es precisa para la concreción cuantitativa del crédito, nunca para la elección de una modalidad (256) de las previstas en el art. 255. La heredera se puede adjudicar el bien sin intervención de la cónyuge, propiedad que será inscrita en el Registro de la propiedad, y vendida, como libre de cargas y gravámenes, toda vez que los derechos personales (créditos) no tienen acceso a dicho Registro.

Con lo que ya no podrá bloquearse una adjudicación de herencia (ni la venta e hipoteca subsiguientes), por omisión de dicha firma. Con la añadidura, en mi opinión, de que se toma un camino jurídico más conforme a la jurisprudencia del T.S.

 

 



2.-CON FEIJÓO

Quiero ser muy respetuoso con las opiniones políticas de mis lectores pero creo que cuando vienen mal dadas debemos responsabilizarnos todos de nuestro destino: eso y no otra cosa es la democracia. En tiempos de bonanza está bien el voto del desahogo pero cuando en los últimos años cada español se ha empobrecido en un 30%, y ello a pesar de haberse empufado cada familia de 4 miembros en 120.000 euros como cuota proporcional de deuda pública… bueno, es imperioso mirar al frente del camino ¿verdad?

En conciencia, cualquiera de aquellos a los que hasta ahora hemos encomendado los asuntos públicos comparte caracteres con los demás; no voy a decir aquí en que se parecen Sánchez, Casado, Abascal, Iglesias, Montero, Rufián, Ribera, etc. Pero se parecen.

 A Feijóo deben los gallegos haber abandonado la cola de la clasificación (con Andalucía y Extremadura), trepando a la zona templada de la tabla de rentas, con Cantabria y León y aspirando al ascenso. Los gallegos no pagan por morirse; deben 3 puntos menos de IRPF; y las cifras de su Sanidad han sido las mejores de las tristísimas estadísticas de la pandemia. En mi opinión es un político de la sustancia de Suarez o Rajoy… o Felipe o Solana; está hecho de otra materia que los modernos, de los que no dejo de encontrar brillantes y divertidas muchas de sus intervenciones.

En fin, si cuando arrecia la tormenta no nos resguardamos, no podremos quejarnos si atrapamos una pulmonía.

 



3.-DOCAMPO VERSUS COLÓN


El subcapítulo 5 del libro III va de la Conquista de Cuba. La expedición se inicia con el enrolamiento, y de esta fase son las líneas que siguen:


Dejemos eso de momento, baja la marea y se hace tarde para levar anclas. Ya sabemos el dónde, “dos carabelas latinas de doce toneladas”; dadas las corrientes a enfrentar (del Golfo, de Florida), parece que hay que pensar en algo más de tonelaje. El rey había exigido que se enviasen tres carabelas; caso de ser dos, lo habitual era llevar un bergantín de apoyo. Si echamos una ojeada a las bodegas, veremos (con la nariz tapada), además de sacos de alubias, algunos quesos, cecina de res, puercos salados, barriles de vino, ejem, también de agua y, lo temíamos, montones y montones de pan de cazabe. Pero nos falta emitir una opinión sobre los compañeros de viaje; estas jornadas oceánicas a veces se hacen eternas. Como medida de precaución dice Las Casas que no se permitieron soldados a bordo; Ovando confianza en Campo, toda, pero el comendador mayor también sabía pensar en gallego: nunca se sabe cuándo uno de estos chalados se te va a alzar con la tierra. Si hubiera llevado gente de guerra, seguro que no hubiese vuelto y Velázquez no se las hubiese visto con gente desnuda, sino con filos de acero de espadas recién compradas en España.

 

Partió este Sebastián de Campo con 2 navíos, y en cada uno solos marineros, porque no iba sino a saber si aquella tierra era isla o cabo de Tierra Firme, como es dicho.

 

Precaución que no tuvo el propio Velázquez con Hernán Cortés, y así este y su flota, atestada de conquistadores 2.0, se alzó con la tierra de México. O sea que, en la intención de Ovando, para el oficio de los mandoblazos solo estaría el capitán Docampo. Aunque, como más adelante veremos, espadas hubo, más de treinta, más de cincuenta. Que no estuvieron ociosas. Como por añadidura Docampo pobló su gobernación, y bastante, hay que pensar que los expedicionarios superarían con bastantes creces el centenar de pasajeros que dan los historiadores.

 

Asignó esta tarea a Sebastián de Ocampo, quien bojeó la isla con 100 hombres y “a los cuales encomendó mucho (el rey) que, donde quiera que llegasen y estuviesen, tratasen muy bien a los caciques e indios, y que en ninguna manera no consintiesen otra cosa”. Recorrieron el territorio lo que narra Diego Velázquez en su carta de primero de abril de 1514… 1”.

 

Serían apenas un ciento largo, pero no eran desorejados como los de Colón. Lo que es en cuestión de cosmógrafos, contaron con el mejor:

 

Andrés de Morales… debió ser este el piloto experto que acompañó a Ocampo en la misión exploratoria de Cuba 2.

 

ANDRÉS DE MORALES.-Este navegante español nació en Córdoba en 1476, viajó con Colón en la tercera expedición y era piloto y cartógrafo. Según Picatoste, Ovando lo comisionó en 1506 para reconocer las costas de Cuba, haciendo una detallada descripción de sus valles, ríos, montes y sierras, de la cual hace mención Herrera en su década 1ª, libro VI, y Casas en el tomo III de su Historia de las Indias 3.

 

Morales tenía fama de buen piloto y cosmógrafo cuando en 1508 fue encargado por Ovando de recorrer la isla (Española) y elaborar un mapa, cosa que hizo con gran diligencia y pericia, auxiliado por expertos tainos 4.

 

Hombre genial, un auténtico Marconi, Graham Bell o Pasteur, es el descubridor de las corrientes marinas, en particular el Gulf stream, que tan importante papel va a tener en la expedición de Campo “(las aguas) pasan furiosamente entre Yucatán y Cuba,  como es el canal de Bahama, pueden ocupar un espacio más extenso”. La documentación científica del Torrente de Mar, como Morales le llama, será otro de los frutos de esta completísima expedición. Piedra clave del futuro imperio español, esta corriente va a ser la fuerza que impulse las flotas de retorno a la península: el llamado tornaviaje, igual que los vientos alisios lo serán en el viaje de ida.

 

Ovando le encargó que realizara un mapa de la isla de Cuba, describiendo con detalle sus costas, ríos, valles y montes…  Morales contribuyó decisivamente a la importante labor de exploración y reconocimiento de la geografía antillana… Dicho mapa estaba ya terminado en 1509 y la información recogida en él pasó a incorporare al Islario General del Mundo que el cosmógrafo Alonso de Santa Cruz preparó para la Casa de la Contratación de Sevilla 5.

 

No voy a decir que viene a cuento, diré simplemente que voy a defender aquí a Docampo de la crítica de que haber bojeado Cuba contra corriente, porque me apetece. Ya habrá tiempo de continuar con el rol de los compañeros de expedición, este será un libro extenso. El rumor malicioso dice que Docampo era tan burro que bojeó en sentido contrario, es decir, empezando por el Norte de Cuba, de Este a Oeste, y volviendo por el Sur, justo oponiendo las proas a la furiosa corriente de Florida, un brazo del Gulf stream, que por el septentrión circula de Oeste a Este, y por el mediodía, en sentido contrario. Que era un marinero de agua dulce. Que por ese motivo se tiró ocho meses para lo que deberían haber bastado dos:

 

El cual según creo fue por la parte Norte… Tornó hacia el oriente por la costa del Sur… 6

 

Ocampo partió de La Española con dos navíos, remontó la costa del Norte hasta su extremo occidental, dobló el cabo San Antonio y regresó por el Sur, dejando comprobado de una manera definitiva que Cuba no formaba parte del continente 7.

 

Fue Sebastián de Ocampo por la parte del Norte y rodeó la isla… Prosiguió el viaje al Poniente y encontró el cabo de a isla, que allí llaman la punta de San Antón… Tomó hacia el occidente por la costa del Sur… 8

 

Que navegó contracorriente es indudable. Pero, a ver, entiendo que lo hizo a propósito. Que todo el mundo conocía aquellas aguas después de haberlas navegado Colón en dos ocasiones, Campo, unas cuantas, y en infinitas, los cazadores de esclavos como Sancho Camacho: eso es evidente. Las expediciones que trasladaron a La Española 40.000 lucayos, solían parar en Cuba a la ida o a la vuelta para completar bodegas. Además tenemos a bordo a Morales que ha reconocido aquellos mares con minuciosidad, reflejado sus corrientes y vientos, y cuyas cartas serán la base del padrón real en la zona. Navegar el estrecho de Florida contra corriente no es un plato de gusto, el mar te tira contra los cayos, pero si alguien podía hacerlo eran estos hombres. Seamos lógicos, masoquistas, no eran. El Sur se conocía bien, había que entrar por el Norte para ver si aquello era continente; de paso, se perfiló la ruta que había de recorrer Ponce años después. Un estudio científico no siempre se puede hacer por el lado fácil; si así fuera, nadie iría a la Antártida y nos quedaríamos todos en Ibiza. Además, el punto corta-lenguas de Colón estaba en el Sur y tal vez, a haberlo atravesado del revés, deba Docampo la salvación de la sin hueso.

Todo este exordio nos permite volver a conectar con lo que estábamos, el rol de tripulantes. La destrucción de la memoria de Campo a cargo de Colón (don Diego) será tan completa, que la generalidad de los cronistas se declarará maravillada cuando el piloto Antón de Alaminos sea capaz de vencer en navegación la corriente del golfo “por primera vez”, durante la expedición de Ponce a Florida, en 1513. Al parecer, comprobarán “sorprendidos” como la corriente del golfo hacía retroceder los navíos y tenía mayor velocidad que el viento. Por una especie de milagro Alaminos en 1513 es el primero que remonta el Gulf Stream. Se aplica una especie de amnesia colectiva sobre toda la documentación que señala que Campo atravesó el estrecho de Florida en rumbo Oeste. También a él se le quedarían paradas las naves a favor de viento ¿o no? ¿Es que acaso desconectó con un interruptor la corriente del Golfo? ¡Anda ya! Pero lo que más descoloca a los modernos negacionistas de Docampo es que la isla de Bimini (Beimeni) aparezca en el mapa Babilónico (1511), siendo así que Ponce no navegó a Florida hasta el año 13. La solución absurda, pero preferida, es ponerle todo tipo de pegas al pobre mapa. Aquí, sin que sirva de precedente seguiremos la tesis lógica de que Alaminos fue uno de los pilotos de Campo, máxime cuando también lo será del segundo bojeo de Cuba, el de Hernández de Córdoba, donde, por cierto, también tocará la agradable Bimini. Según la Real Academia de la Historia, Alaminos había aprendido el oficio del mar con Colón I en su cuarto viaje que, sabemos, tocó un par de veces en la Azua de Campo. Hombre de carácter que se las tendrá con Cortés, quisiéramos ver un rasgo de humor cuando de su visita a Bimini señala que “no hemos visto la fuente de la Eterna Juventud”, como si no le interesase demasiado. Ponce si creía y, bah, era una fuente que decían andaba por allí: daba dos opciones, beber o bañarse y, en cualquiera de ellas, te permitía recuperar el esplendor de la juventud.

Un oficio indispensable en una expedición de conquista era el Lengua. En realidad, se trataba de un equipo: un indio capturado con antelación en la zona para enseñarle el castellano, practicaba una traducción elemental. Luego, un español al que se le dieran bien estas cosas, vertía los conceptos de la Prehistoria a los del Renacimiento. Existía un buen elenco de traductores nativos, indicios siboneyes procedentes de las razias privadas a Cuba. Pero el intérprete ideológico tuvo que haber sido Juan González La Lengua que así lo fue en todas las exploraciones ovandianas, en particular las dos anteriores, el bojeo de La Española y el reconocimiento de la isla de San Juan, hoy Puerto Rico. Todo un personaje La Lengua, con el que valdría la pena pararse más tiempo del que tenemos. Este leonés, al conocimiento del dialecto, unía una gran habilidad para vestirse a la manera de los indios, tocado de plumas incluido, lo que le permitía mimetizarse en el paisaje y el que no le faltasen novias de ojos almendrados.

En la lista debemos de considerar a “uno que se llama Ordaz”, familia apellidada también por los historiadores Ordás u Ordax. Sus famosos hermanos, Diego y Pedro, llegan más adelante con Ojeda; este debe ser Rodrigo de Ordaz al que dan por venido con Ovando. Encomendero pobre, apenas 4 naborías en Yáquimo, la deuda de 40 castellanos que Campo le exige testamentariamente más parece de mar que de tierra, pues aquellos hombres financiaban las armadas con una especie de crowfunding y Ordaz se apuntó a todas las de Cuba. A su hermano Diego, uno más de aquellos falsos comendadores, le gustaba contar que había sido el primero en escalar el volcán Popocatépetl y, para que constara, obtuvo del rey para su apellido un escudo con volcán. Aunque nadie le había visto allá arriba, lo cierto es que tenía las cerdas del bigote escarchadas de sulfuro amarillo limón. Rodrigo dedujo que éste hecho era el único heroico que su hermano Diego había realizado en su vida. Años más tarde, fue enviado al rescate de Hernán Cortés, perdido en la jungla de las Hibueras. De camino, unos indios le enteraron del fin tenido por otro de los hombres de la tropa cortesiana, el capitán Medina. Na, que le encajaron por todo el cuerpo rajas de teas resinosas encendidas para que se fuese asando a fuego lento. Apanicado, regresó como un rayo a la base, México capital, repitiendo tembloroso que era público y notorio que Cortés había muerto y estaba demás el rescate. El de Medellín acabaría saliendo por sus medios y Diego es posible que manchara las calzas. Sin duda Rodrigo recordaría cuando había coincidido con su querido hermano en Cuba a cuento de una huida desesperada, con los indios flecheros pisándoles los talones. El amigo de Campo pisó en falso y se hundió en el pantano hasta los pechos. Pidió ayuda a su hermano, Diego, y esto fue lo que el futuro Volcán le contestó:

—Perdonad hermano, que el trance no permite más que cada uno mire por sí.

Para heredarle, le robó el bonete que llevaba puesto y huyó. Rodrigo consiguió salir por sus propios medios in extremis, pero el amor fraterno decayó en un porcentaje alarmante.

 

 ¿Quién más? Un detalle que veremos más adelante descubre que se hablaba bastante gallego-portugués a bordo, por lo que habrá que incorporar unos cuantos del elenco de habituales en estas expediciones: El piloto Francisco Gallego, Fernando Gallego, Antón Mariño (Antoño), Fernando Portugués, Alfonso Gallego y un largo etcétera. Habrá hecho muy bien Docampo en su recluta, puesto que no soportó una sola sublevación en casi un año, algo que no hubiera estado al alcance de un equipo colombino. ¿Se embarcó Simón, el hijo indiano del de Tuy? Las fechas dan lugar a pensarlo y si estaba ya en Indias, no habría podido escaquearse:

 

Y mando asimismo a Simón de Ocampo, mi hijo natural que ahora está en la isla de San Juan que es en la Indias del mar Océano, otros cien castellanos de oro para que estos se los den asimismo de las deudas que me deben en las dichas Indias 9.

 

Hay que lamentar que no nos haya dejado una crónica tan deliciosa como la que dedicó Hernando Colón a la perpetua memoria de su padre, que le enroló en su cuarto viaje con la misma voluntariedad que Docampo llevaría de compañero de singladura a su bastardo. Tal vez no lo merecía. Sebastián carecía de química familiar; en su testamento ignora si sus más cercanos están vivos o muertos (a pesar de que ya se había inventado la correspondencia); y el detalle de obligar al matrimonio a su hija para entroncar con los Arce tampoco era obligado en aquellos tiempos, si bien poco dados al romanticismo. Básicamente era un tipo duro, de esos que el lenguaje nos ha guardado memoria en la frase un hombre de armas tomar.

Todavía falta uno; uno que no puede haber fallado pues se apuntaba a todo:

 

A Cortés se le ofreció participar en una nueva expedición para determinar de una vez por todas si Cuba era una isla o una pequeña península 10.

 

Será el propio Hernán quien se encargue de confirmar esta presencia cuando, en su Memorial de Servicios dirigido al Emperador afirme haber servido en Cuba y en ambas fases, pacificación y población, según la clásica bipartición gomariana. O sea penetración (1509) y conquista dura (1513), ambas con la presencia de Campo; la primera, como comandante; la segunda, con jerarquía subordinada. Quizá haya alguien que niegue la presencia del metelinense en la expedición, pero, si contempla estos dos factores, su carácter aventurero y el compacto club de españoles en Azua (una veintena larga), vamos a ver, tendrá que darse cuenta de que eso sería absurdo.

lunes, 4 de abril de 2022

ÚLTIMO IBI, ¿DEL VENDEDOR, DEL COMPRADOR O A PRORRATA?

Ola de frío haber, habría, pero este weekend la gente en Sanxenxo estaba en la playa.
Algunos llegaron en descapotable

SUMARIO

1.-ÚLTIMO IBI, ¿DEL VENDEDOR, DEL COMPRADOR O A PRORRATA?

2.-EL CORMORÁN

3.-DOCAMPO VERSUS COLÓN


1.-ÚLTIMO IBI, ¿DEL VENDEDOR, DEL COMPRADOR O A PRORRATA?

Esta es una de las cuestiones “de moda” de suerte que es raro el otorgamiento de una escritura de venta que no acabe con la dichosa discusión. Entre los astutos métodos para encabronar a la gente, este ha venido a sustituir, con ventaja, a otra polémica, ya histórica, la de “plusvalía municipal tú, no tu”, hoy decantada hacia la parte vendedora.

 

—La doctrina histórica en materia de IBI tenía la ventaja de la claridad, con independencia de su mayor o menor justicia (aunque la claridad es una forma de Justicia): el IBI del año en curso lo paga el titular a 1 de enero y punto. Aunque venda el 2. Ya cada cual sabría a que atenerse y efectuar los reglajes correspondientes en el precio. Así se deducía de la Ley se Haciendas locales, que tras señalar en el art. 63.1 que son sujetos pasivos las personas que ostenten la titularidad del derecho, aclaraba en el 75 que “el impuesto se devengará el primer día del período impositivo, que coincidirá con el año natural”.

 

—En este idílico estanque recayó la Sentencia STS 2886 de 15/06/2016, como una de esas pedradas que moja a todos los que están alrededor. Establece en esencia la doctrina de que, salvo pacto en contrario, el vendedor que pague el IBI podrá repercutirlo sobre el comprador. Nunca se encomiará bastante lo muy conveniente que es dejar aclarada la cuestión en el posible contrato privado previo, pero si no, la nueva regla se compone de dos principios, tan importante el uno como el otro:

 

PRIMERA REGLA: “Esto nadie lo discute… el abono del mismo (IBI) corresponde a los vendedores y titulares a uno de enero”. Como a continuación veremos, para tener derecho a la nueva facultad de prorrata, es condición indispensable que el titular a 01/01 hayan pagado la totalidad (100%) del IBI y en tiempo pasado, es decir, algo ya sucedido en el momento de la escritura. Si no está pagado el IBI del año en curso, no se puede imputar al comprador como una especie de sobreprecio estimativo.

 

SEGUNDA REGLA: “La regla general, en caso de ausencia de pacto en contrario, será que el vendedor que abone el IBI, podrá repercutirlo sobre el comprador en proporción al tiempo en que cada una de las partes haya ostentado la titularidad”. Por lo tanto, caben dos posibilidades:

 

—IBI ya emitido por la administración y pagado: La prorrata del IBI podrá imputarse el comprador en la propia escritura, como un sobrecoste.

 

—IBI aun no emitido ni pagado: no se puede imputar, pero, una vez que se abone, se podrá requerir de pago al comprador por la prorrata de su importe, en proporción al tiempo en que cada parte haya detentado la titularidad.  Si la reclamación no es atendida, el vendedor deberá interponer la pertinente acción de Reclamación de Cantidad, que, de prosperar, declarará la existencia y titularidad del crédito y el deber de pago, quedado abierta la vía ejecutiva.

 

En ningún caso se puede actuar preventivamente sobre un IBI teórico como una “realización arbitraria del propio derecho”, pues el IBI, como cualquier impuesto, puede ser objeto de cambios legales, rebajas, amnistías, etc.

 

Ala, mejor ponerlo todo por escrito en el contrato privado. O cóbrate 150 euros más de precio si tanto te importa, amigo vendedor, y pásate una jornada relajada y alegre el día de la escritura.


 

2.-EL CORMORÁN

 


Esta palmípeda tiene unas envidiables dotes pesqueras que le llevan a sumergirse a gran profundidad en busca de xardas y pequeños abadejos (corvelos). Posados con sus alas abiertas, parecen montar guardia en rocas y peñascos; en realidad deben secar su plumaje, no completamente impermeable. Otro inconveniente se lo causamos los humanos del género pescador al curricán: su tipo de vuelo característico, a ras de agua, le lleva a enredarse a menudo en las líneas de arrastre, con lo que, a veces, en vez de una robaliza de escamas escaroladas, te encuentras con nuestro amigo de ojos esmeralda. Noblesse oblige, en estos casos debe encargarse la labor de desanzuelar a nuestro camarada de singladuras a un sobrino, a ser posible odontólogo, que lo depositará suavemente en el mar. Creíamos que se sumergiría de inmediato, pero éste nadó un buen rato hacia el barco emitiendo unos granizos, tan espeluznantes, que nos proporcionaron a la tripulación ciertos rudimentos de lenguaje comoránico: se estaba cagando en nuestros muertos.






3.-DOCAMPO VERSUS COLÓN




El subcapítulo 5.4 del libro III va de las cosas tan increíbles que hubo que considerar hasta que se dio con la definitiva forma y situación de Cuba: Un becerro, un olivo, un camarón y, lo más desopilante ¡una excursión a las pirámides de Egipto!

En respuesta al lector que desaprueba mi teoría de que la Santa María estaba fondeada cuando el ancla garreó y se fue contra los corales, le diré que, en efecto, según el Diario y sus versiones, la nao navegaba libre en la noche entre los escollos, con un grumete al gobernalle, tras echarse a dormir sucesivamente Colón y el maestre, al parecer Juan de la Cosa. Como los tres días anteriores, y también el posterior, habían fondeado en la calma nocturna, pienso que eso es lo que habrá sucedido también en esta ocasión. Quizás estuvieran locos, pero no tanto y si fuera lo que parece, Colón habría ahorcado de una antena como mínimo a La Cosa y al grumete. Lo más probable es que el mozo habría quedado de guardia para una emergencia, como que se soltara en barco, lo que así sucedió. Era Nochebuena y había corrido con generosidad el graduado vino de Gomera.


Cuatro: El becerro, el olivo y el camarón babilónico

 

Los continos reales, comparables a los modernos funcionarios con el matiz de lo variopinto de las misiones que les podían ser encomendadas, no actuaban a su aire, sino que cumplían órdenes de la corona y para unas finalidades específicas.

 

Los descubrimientos realizados al otro lado del océano Atlántico hasta el fin de la primera década del siglo XVI no fueron fruto de las ideas aventureras de osados capitanes salidos con sus naves al azar de su buen saber y entender, sino empresas de exploración organizadas y capituladas (contratadas) por la corona de Castilla con el fin de conseguir una finalidad prefijada 1.

 

En el caso de las Antillas sabemos que, dicho a lo fino, los españoles navegaban en el éter; y, dicho a lo bruto, ¡es que no tenían ni puñetera idea de donde estaban!

 

En los últimos años del siglo XV y en la primera década del siglo XVI los partícipes en el descubrimiento de América actuaron en un escenario geográfico observado y concebido en una forma que no se ajustaba a la realidad 2.

 

 Era como jugar a la gallina ciega; pero Fernando no tenía humor para eso y ordenó al funcionariado la elaboración de un modelo de carta de marear para uso común de las tripulaciones en los viajes a Indias: un mapamundi llamado el padrón real. Al tiempo, creo el cargo de piloto mayor con la función específica de mantener actualizado dicho padrón.

Puede considerarse el primer barrunto de esa carta única el mapa de Juan de la Cosa, que puede examinarse en el Museo Naval de Madrid. Si preguntas, acuérdate de decir el mapa becerro, pues está pintado sobre el pellejo de un ídem. Fechado en 1500, ofrece dos curiosos ardides: uno, que representa una imagen de san Cristóbal y el Niño tapando una buena porción de centro-américa, justo por donde el primer almirante esperaba encontrar el brazo de mar que bañaba China, India, etcétera. Se ve que La Cosa, que éste sí que había firmado el Juramento, apreciaba su lengua. La segunda treta es que, a falta de un conocimiento cabal, inventaba el perfil occidental de Cuba en forma de un perfecto camarón, con su colita enroscada doblada sobre sí, a punto de ser mojada en vino blanco. Se sabía que era isla, el indio dixit; pero la censura colombina había impedido que nadie le viera el cabo occidental. La cola del crustáceo tiene su origen en que la última visión colombina de Cuba había sido la costa oriental de isla de Pinos, hoy de la Juventud. Ignorando fuese isla distinta, se la unía a la de Cuba mediante un apéndice caudal girado 180º (No es por complicar las cosas; palabra, pero acabo de venir del Museo Naval y la cola de quisquilla, según Cerezo, a mí me recuerda mejor el enroscado rabo de un camaleón).

La siguiente representación de la cara oculta de Cuba apareció en un mapa portugués de 1502, llamado de Cantino por el italiano que la vendió en Modena. La cola del camarón más bien parece ahora el brazo de un ancla, pero lo que revela es lo mismo: nadie había visto aun la cara oculta de la Luna, pero que, aun así, eran más creíbles los indios que Colón. El portulano del genovés Nicolaus de Caverio y el planisferio de Contarini, en 1505-1506, no aportan grandes novedades a aquellos remates fantasiosos de la geografía occidental cubana.

Américo Vespucio, futuro piloto mayor de Sevilla, pasará a la historia por dos hechos famosos: el haber dado nombre a todo un continente y la recuperación del camarón. Si bien su mapa de 1509 se ha perdido, tenemos un buen traslado en Italia, en la llamada carta Oliveriana de Pésaro. Contiene interesantes novedades. El rey Fernando, que también era un cuco, había ordenado a Vicente Yáñez Pinzón y Juan Diaz de Solís bojear la zona que tapaba el monigote de san Cristóbal en el mapa de La Cosa. Con esta navegación quedó comprobado, patente e incontestable que por allí no se iba a Asia ni a ninguna parte, que eran los manglares del golfo de Honduras, la costa del Yucatán (cuya esencia peninsular no captaron), y parte de la costa mejicana “llegando algo más al norte de Tampico”, según Carmen Mena. Ergo, en julio de 1509, cuando regresó la pareja atizándose tortazos entre sí, Cuba aún no había sido bojeada. Arribadas las malas nuevas a la metrópoli, el bueno de Vespucio borrará al santo y pintará en el padrón otro tramo más de asquerosa selva centroamericana en colores pastel. Hoy podemos ver esos colores apagados en el traslado del mapa de 1509 que conserva el museo Oliveriano de la preciosa urbe italiana de Pesaro. Pero a lo que a nuestro empeño importa, el dinosaurio, euh, digo el camarón seguía allí.

 

La conservación de la geografía de las Antillas tal como figuraba en la carta de Juan de la Cosa, incluso el característico perfil de Cuba de en forma similar a un camarón (fue) mantenida hasta que en 1509 el capitán Sebastián de Ocampo siguiendo órdenes del gobernador de La Española, Nicolás de Ovando, realizó un detenido reconocimiento de la isla con el fin de proceder a su colonización 3.

 

En esto, que llegó un gallego y se comió el camarón ¡siempre el dichoso marisco! Podríamos pasar directamente a la alegre mariscada, pero antes debo pedir permiso para introducir una digresión en el relato. Gracias.

 Se trata de un turista (amigo de Campo de los tiempos de Granada), que realizó por aquellas fechas una tournée pagada a las pirámides de Egipto. Este viaje tendrá una misteriosa importancia en la forma definitiva que adopte la isla de Cuba. Es por eso que cambiamos de aires: el trópico por el desierto. El turista se llamaba Pedro Mártir de Anglería, un italiano de barba mal afeitada, robusto tirando a fondón, nacionalizado español, primero médico, después eclesiástico, que debía andar por los cuarenta y tantos. La cosa empezó porque el soldán egipcio no se había creído lo de la conversión masiva al cristianismo de los recién conquistados granadinos. Pero lo que más le encocoraba era que los portugueses (a los que no distinguía mucho de los castellanos) habían cortocircuitado la ruta de la Seda, al acceder a oriente por el cabo de Buena Esperanza. Por poner un ejemplo, Vasco da Gama, que navegaba por allí, ejecutó un barco entero de peregrinos a La Meca al descubrir con escándalo que eran infieles. El soldán era el custodio de Jerusalén y los Santos Lugares y en represalia las peregrinaciones cristinas se cortaron de sopetón. En tiempos de religión exaltada estas cosas tenían su importancia y los Reyes Católicos enviaron como embajador a Anglería, el único que sabía idiomas, para ver si era capaz de llegar a un arreglo.

Lo que pasó fue que el diplomático tenía mucho morro; el acuerdo estaba chupado (yo no mato tus peregrinos y tú no matas los míos) y el hombre se dedicó a hacer turismo el resto del tiempo. Tan pronto firmó el tratado preguntó al sultán si podía visitar las pirámides. El enturbantado personaje puso a su disposición un guía, acompañado de una generosa escolta. Su cuaderno de viajes (Legatio Babylónica) es muy detallado, no era un turista se esos de pasar a la carrera del Partenón a la Giralda. Las pirámides son equiláteras, suavemente agudas. Medirá el perímetro de la de Keops: 1300 pasos. Pide entrar, pero le dicen que uno que lo hizo no volvió a salir: entonces hace penetrar a su escolta. Salieron, je, je. Distingue en lontananza muchas otras pirámides: los muy embusteros le dicen que son incluso mayores que la de Keops y eso sí se lo cree. También mide en 58 pasos un coloso que, ya por entonces, andaba mal de orejas y de nariz: la Esfinge. El viaje se completará con visitas a Alejandría, donde no fueron capaces de dar cuenta al culto personaje de la tumba de Alejandro Magno, pero sí de un excelente cordero. Ah, las vacaciones pagadas por sus católicas majestades incluyeron una escala en navegación para visitar al laberinto de Knosos, en Creta. Impresionante bagaje cultural. Pero lo más impresionante de todo es que este tour tendrá una relevancia muy especial en la narración de los frutos de la exploración y conquista de Cuba por Sebastián Docampo.


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