Este post es jurídico-político;
tal vez más político que jurídico. Avizoro ya la amnistía votada, devuelta por
el Senado, bendecida por el Congreso y sancionada y promulgada por el rey. Anticipo, digo, el momento en que el paquete se presente al señor
Conde-Pumpido y demás miembros del Tribunal Constitucional. Supongo que, por
muy tarugos que fueran, que no lo son, el asunto les tendrá que inspirar hondas
reflexiones. Más bien mayorcitos, saben que éste es su legado vital para La
Historia Jurídica. La de la Gloria o la de la Infamia.
A ver, como hipótesis, cabe pensar que se ajusta a la Constitución tanto la Ley como el principio que la inspira: Las mayorías políticas que se constituyan para una legislatura pueden auto-perdonarse un amplio elenco de delitos, auto-devolverse indemnizaciones y multas y fijar por más de una década el lapso temporal de indulgencia que les convenga. Parece que el único requisito es proclamar Altos y Elevados Principios que lo justifiquen.