El gobierno de la autonomía
catalana ha propuesto a los avecindados en esa comunidad el decidir sobre la
integridad territorial de España (y, de paso, sobre las pensiones de los
gallegos, al sustraerse más de una cuarta parte del presupuesto estatal). Se
trata de una nueva variante del principio democrático que supone adoptar
decisiones al margen de lo que la ley diga sobre ámbito y materia. Por ejemplo,
para casarse, bastaría con que el novio lo decidiese, al margen de lo que opine
la novia. La cosa suena bien ¿verdad?, por fin vas a poder casarte con Scarlet
Johanson.
Jacques escuchó la
formulación del principio de labios de don Gerard Piqué y no pudo menos que
suscribir su carácter democrático y su aplicabilidad al mundo del fútbol. Me
refiero a que es un espectáculo algo sádico ese de equipos con 500 o 600
millones de presupuesto atizándole 8 goles al Deportivo, encima a medio gas. Jacques
propone un referéndum sobre la norma alemana de que el mayor presupuesto no
pueda exceder del doble del más menesteroso de los clubes. El sueldo máximo por
jugador será de 3.500 euros ¡y ya está bien, jopé!
Hay más. Si una autonomía
puede decidir sobre la soberanía nacional, ¿por qué no un municipio? A Coruña
podría solicitar su conversión en una ciudad-estado tipo Gibraltar, paraíso fiscal
incluido. Viene a ser lo mismo, un islote costero situado estratégicamente en
las rutas británicas, que digo, mejor, mucho más cerca de la
City. Los coruñeses vivirían como reyes, a
base de ser apoderados de empresas of-shore. Para colmo, existe una legitimidad
histórica: todos nos acordamos de cuando Vázquez propuso la formación de la
ciudad-estado para resistirse al imperialismo de Compostela. Otro referéndum se
convocaría en la isla de Arousa (que ya fue independiente un par de días en
1934), pero esta más bien sería una república
tabaquera. Navarra, tan católica ella, se pronunciará en referéndum sobre
la prohibición del aborto ya desde el espermatozoide y el óvulo. Madrid votará
por la pena de muerte, supongo: su tradición de paseos y checas es impecable.
Ah, que no se me olvide.
Lo que no podrá faltar de ninguna manera será un mega-referéndum mundial sobre
si queremos o no pagar impuestos. Derecho a decidir. Seamos demócratas.
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