La
reflexión de Jacques va por otros derroteros. ¿Sabías que la mayor parte de los
heridos en aviación se producen por accidente en tierra? ¿Para cuando el casco
en el trasporte aéreo? Luego está lo de la caída de cornisas: miles de
accidentados y esto no es una broma. ¿Cómo se puede permitir a los peatones circular por la
calle sin casco? Jacques también está a la espera de una estadística seria
sobre cuantos muertos y heridos se podrían ahorrar con la aplicación del casco
a la automoción. Un buen casco integral, como el de Alonso. Seguro que serían
miles. Pongámonos manos a la obra ¡ya!
Lo que Jacques
propone a los cuatro millones de ciclistas españoles es que seamos conscientes de
nuestro poder y que lo ejercitemos. Que los astronautas no nos vengan con milongas.
Que, de una vez se libere –liberemos nosotros- espacio bastante para circular
tranquilos por las ciudades. Como mínimo, el mismo que el asignado a los
adictos al monóxido de carbono aunque, si de verdad queremos ser europeos, está
claro que la supremacía debe ser de la bici. De momento, que al menos alguno de
los altos cargos, en especial de Tráfico, sea de los que van al trabajo en
bici. Y, por favor, señores políticos ¿podríais reflexionar un poco antes de
hablar? No solo vamos a ser los ciclistas los “reflexivos”.
Estoy totalmente de acuerdo, el casco es totalmente innecesario y cuando se trata de ciudades pequeñas lo es incluso más. Sin embargo también en grandes ciudades europeas como Amsterdam, el hecho de prescindir del casco no provoca ningún tipo de problema.Lo que sí se debería fomentar es el uso de la bici, un transporte ventajoso en múltiples sentidos, empezando por su carácter ecológico.En cambio con medidas como esta se provoca precisamente el efecto contrario,como bien comenta nuestro amigo Jacques, " lo que se consigue es echar a los ciclistas de la ciudad, en vez de a los coches".
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