Vaya
por delante un abrazo a las familias; poco se puede decir en estos momentos más
que ponerse en su lugar y ofrecerse para lo que haga falta. Pero este es un
blog de derecho y el accidente ha puesto de relieve una serie de novedosos hábitos
jurídicos que creo merecen comentario:
1º.-Algo
está claro: la curva estaba limitada a 80 y el tren entró a 180 o 200 km/h . En cuanto a la
limitación de velocidad, nada que objetar: todos los AVE del mundo las tienen,
porque es imposible retirar del terreno poblaciones, catedrales, fallas geológicas,
etc. Creo que debemos ir un paso más adelante y preguntarnos ¿por qué no se
cumplió el límite establecido?
Los
gallegos cada vez vamos más a Madrid en esos curiosos artefactos que son los
Alvia; ascensos del 50%/año en tráfico de pasajeros se compensan con la desertización
de nuestros aeropuertos. Sabemos que estos ingenios circulan por Castilla-León
a la velocidad de una caballería; en cambio, al principio y al final del recorrido,
van a más de 200, como en el siglo XXI. Sabemos que los retrasos en la fase
far-west se compensan con velocidades fulgurantes una vez se entra en la doble
vía. Sabemos que esto es así porque RENFE indemniza por los retrasos. Si
Jacques fuera el jefe de estos operarios les pagaría un plus de productividad
cada vez que fueran puntuales, porque me saldría a cuenta.
¿Es
esto así?
2º.-Defensa
jurídica: Los familiares deben tener en cuenta que dentro de poco van a ver
muchos abogados. Mi consejo es que acudan a “su” letrado de confianza, al de
siempre. No necesariamente sus intereses son los mismos que los del ilustre
jurista que ha aparecido por casa a darles el pésame y no siempre un pleito
contra el Estado produce otra cosa que jugosos honorarios. Siendo la indemnización justa, la que está establecida,
Jacques valoraría la opción de aceptarla, sin perjuicio de la persecución de
conductas criminales.
3º.-El
maquinista también tiene derecho a la defensa; debe ponerse en contacto con su
abogado cuanto antes y no decir una sola palabra más sin permiso de éste. Ya
habrá tiempo de hacer declaraciones, pero también de ir conociendo los hechos:
no hace falta auto-imputarse mientras uno está en estado de confusión y schock.
4º.-LO MÁS IMPORTANTE: Los jóvenes y los
menos jóvenes se han lanzado al mundo de Internet sin casco. Cada was-ap, cada
twiter, cada facebook que colocan en la red es como tirarse en paracaídas… sin paracaídas.
¡Deberían teclear asistidos de abogado! Ahora, los ya mayorcitos, ven que
cuando van a solicitar un empleo ya tienen su “perfil psicológico”
perfectamente realizado y ¡para siempre! Este es un vago, este es un
juerguista, este es inconstante… Y ¡no me hayas presumido de alguna gamberrada!
¡Estás condenado para siempre, siempre, siempre…! Lo digo por la terrible forma
en que la inocente broma del maquinista (¡Que risa, a 200 por hora! ¡Si me
pilla un radar de tráfico lo fundo!), se vuelve macabramente en su contra.
Estáis
advertidos.
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