Hay
unos seres que quieren amar y otros que quieren ser amados; de la reunión de
ambos surge la
Felicidad. Existe otro género, la de los que quieren amar y
ser amados a la vez: de estos es de donde nace la violencia de género, el
crimen pasional, las dictaduras y la guerra: huya de ellos, porque el amor no
es un tema de Justicia ni de equilibrio entre partes.
Entre
los que quieren amar (los mejores, según Platón), es frecuente el caso de que
no sean capaces de encontrar a alguien que quiera ser querido. Un perrito no es
la peor de las elecciones porque estos seres han sido concebidos por la
naturaleza para ser “receptáculos de amor”. Como su disfrute conlleva una serie
de responsabilidades (infinitamente llevaderas a la vista de la recompensa), he
aquí un mix de las normas autonómicas y municipales sobre perros vigentes en
Galicia.
1ª
pregunta: ¿Puedo utilizar mi perro como un GEO para que me
defienda de los ladrones?
-Respuesta:
NO. Como se ha dicho, en las ciudades gallegas la tenencia de perros es
cuestión de amor, no de seguridad. Por eso:
--Entre
las doce de la noche y las ocho de la mañana siguiente tienen que dormir “bajo
techo”, estando prohibido que permanezcan en patios, terrazas, galerías, balcones
y jardines.
--Si
de una forma evidente causan molestias a los vecinos (un perro que ladra constantemente), también debe permanecer el resto del día bajo techado.
--Esta
prohibido incitarlos a acometer a personas o a destrozar cosas (como jardines).
2ª
pregunta: ¿A dónde puedo ir con mi querido Bobby?
-Respuesta:
A casi cualquier sitio. Ejemplos:
--Están
prohibidos en piscinas, playas (en verano), espectáculos o donde se manipulen
alimentos, pero pueden acceder a bares, restaurantes y hoteles, si el dueño lo
autoriza. Y si no, con no volver…
--Pueden
viajar en trasporte público dentro de su trasportín.
--Por
la calle, deben andar con correa y collar; pero se les puede dejar libres en
los espacios de esparcimiento que todo ayuntamiento civilizado posee.
3ª
pregunta: ¿Qué medida higiénicas hay que adoptar?
-El
número de animales por vivienda está limitado atendiendo a una cosa muy rara
llamada la “biomasa”. O sea, uno o dos por piso.
-Hay
que implantarles un chip antes de los tres meses de edad o al mes de su
adquisición.
-Hay
que llevarlos al veterinario para ponerles las vacunas obligatorias. Y también
cuando estén malitos, claro.
-Hay
que recoger las caquitas
-Hay que
comunicar su muerte, desaparición, transferencia o cambio de domicilio al
ayuntamiento o al veterinario.
-Por supuesto,
no se puede abandonar su cadáver en la calle; hay que encomendarlo al servicio
municipal o al veterinario. Lo que se puede dejar para los buitres es el cadáver del
dueño.
4ª pregunta: ¿Qué
pasa si el perro se ha equivocado con su amo y éste lo ha convertido en un ser
agresivo?
--El
propietario o poseedor del animal agresor no se puede largar tan ricamente. Tiene
la obligación de presentarse de inmediato al servicio municipal aportando el
documento de identificación del perro y cuantos datos sirvan de ayuda a la
persona agredida o a las autoridades sanitarias.
--Tiene que
indemnizar no solo a la víctima, sino también al ayuntamiento por las
molestias.
--La persona
agredida tiene asimismo la obligación de dar cuenta al ayuntamiento.
--No se habla
aquí de quienes maltraten a los animales, no les den de comer, no los limpien o
los abandonen, porque Jacques se dirige a personas, no a animales.
5ª pregunta: ¿Qué
me puede pasar si hago lo que me da la gana con mi perrito en vez de tratarle
con humanidad y decencia?
--El perrito
puede ser arrestado temporalmente a petición de los vecinos en el servicio
correspondiente. A costa del dueño, of course. También puede ser retirado
definitivamente de amos maltratadores o que desprecien las normas de
convivencia con sus vecinos.
--Para las
infracciones leves, como no recoger las deposiciones, no tenerlos bajo techo de
12 de la noche a 8 de la mañana o
el maltrato leve, multa de 30 a
300 euros.
--Para las
infracciones graves, como el maltrato lesionador, la no vacunación o la
reincidencia en faltas leves, multa de 300 a 3000 euros.
--Para las
infracciones muy graves, como el maltrato hasta la muerte, o las
peleas-espectáculo, multa de 3000
a 15000 euros.
Además, los
supuestos especialmente crueles pueden implicar un delito; o sea que el animal
se va a la perrera y el dueño a la cárcel; bonito final para una relación
amorosa.
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