sábado, 2 de abril de 2016

LA LOCA MARÍTIMA

La arquitectura gallega antigua carece de geografía. Cuesta trabajo localizar sobre el terreno sus principales hitos, por más que  los geógrafos latinos nos den pelos y señales.
Las turris Augusti (Torres de Augusto), por ejemplo: en la desembocadura del Sar en el Ulla. Algún muro se ha encontrado, un par de ánforas, casi nada comparado con la magnitud que se atribuye al monumento. Otras que tal: las Aras Sextianas. Sabemos que deberían estar en el cabo siguiente al de Finisterre (Nerium para los romanos) en sentido Sur-Norte. O sea Touriñán. Pero nada queda o nada se ha encontrado aún. Otro: el monte Medulio, donde los últimos galaicos resistieron a los romanos al etilo numantino hasta que, desesperados, se envenenaron en masa con la savia de las teixoeiras. Los autores lo sitúan cerca del Miño, pero los restos de la batalla aparecieron en el monte Cybo, en el Courel: el foso con el que los legionarios aislaron a los resistentes e, incluso, un "águila" legionaria. Ninguna legión que se preciase se molestaría con un simple Castro; el Medulio debe andar por ahí. La solución puede estar en la confusión, habitual entre romanos, del Sil y con el Miño.

Moderna cartelería: todo un detalle

De todos estos acertijos, sin duda el que más juego ha dado y lo que te rondaré morena, es la vía XX per loca marítima (o sea, por el lugar marítimo, por la costa). En el Itinerario (una especie de google maps) Antonino -años 200/300- se describen dos vías que recorren el occidente gallego, la XIX y la XX (la loca): ambas unían las tres capitales gallegas de entonces: Braga, Lugo y Astorga. Saliendo de Braga, la 19 y la 20 iban juntas por Ponte de Lima, Tuy, Pazos de Borbén, Pontevedra y Caldas de Reyes (Aquis Celenis); aquí se separaban. La 19 apuntaba directa a Lugo; la 20 "per loca marítima", apuntaba a Santiago (Vicus Spacorum), Portomouro (Duos Pontes), Brandomil (Grandimirum), Atricondo (Alcaian) y Brigantium (Coruña), donde ya giraba hacia Lugo: en aquel tiempo una capitalaza con foro, termas y teatro. A los lugares intermedios se les conoce como "Mansiones": normalmente casas de postas para comer, dormir o cambiar los caballos; a veces, típicos pueblos de carretera. Poca cosa queda de esas Mansiones, los gallegos machacamos mucho el territorio. Destacan las recientes excavaciones en O Burgo de Pontevedra (la antigua mansión Turoqua), donde se ha encontrado una buena colección de miliarios (una especie de postes kilométricos), que abarcan cerca de trescientos años. Se conoce que en Pontevedra tenían el almacén del departamento de Obras Públicas.

Ara romana empotrada en muro iglesia  Brandomil
Adornos de jardín (columnas, miliarios): escarbando

Jacques 
este sábado de abril entre dos diluvios se apunta a una excursión ciclista a Grandimirum (Brandomil), una de las mansiones gallegas de la que quedan más evidencias ¡Lástima de unas buenas excavaciones! Me refiero a las arqueológicas, no como las que están haciendo, con excavadora.


Monta en Santa Cataliña de Armada y a un paso del coche tiene la primera alegría ¡un poste rotulado "vía XX per loca marítima"! Alguien ha tenido el buen gusto de recordar como era antaño todo esto ¡Mira que si somos más de media docena los que nos interesamos! Pedaleando en dirección al cruce de la Pereira olor a estiércol de vaca, a verde ácido, a leche cortada; lugares abandonados, algunos no hace mucho, otros ya enmusgados, recuperados por la naturaleza. Un recorrido de no más de treinta kilómetros en cuestas suaves, apto incluso para ciclistas veraniegos. El puente de Brandomil, sin duda el origen de la mansión, es romano forrado por otro medieval. El lugar es idílico, bien restaurado y con un didáctico cartel alusivo a "la loca marítima". Cruzas por otro puente, el moderno, y ya estás en la antigua Grandimirum. El lugar es una casquería del Imperio Romano: a donde mires, ves columnas, fustes, aras, miliarios... Un canto al sic tránsit gloria mundi, ya que la minúscula aldea moderna no tiene ni media bofetada. Un talud abierto "a excavadora" para dar paso a una pista deja a cielo abierto los restos de una villa: suelos, fustes, tégulas...

Las monedas encontradas abarcan un amplio período  imperial; la epigrafía apuntan a una población italiana, no rústicos castreños. Cerca existe un castro de murallas en parte bien conservadas, aunque, en otras zonas, ha perdido la guerra contra las pistas. A un par de kilómetros se visita el pozo Limideiro: una explotación aurífera romana anegada por mil ochocientos años de chaparrones.

miliario romano "para atar las vacas"


Además. existe una ruta de senderismo (de la "fábrica de luz") que lleva directamente a las cascadas del Xallas. Bonito si que es esto, pero, seamos sinceros. ¡No hay un solo bar! ¿Donde puedes tomar los vinos?

Ara romana "sujeta macetas" ¡para que quieres El Corte Inglés!

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