Señor
don Darío Rivas.
Respeto su condición de familiar de víctima
del fascismo. Yo mismo soy nieto de represaliado, igual que Mariano Rajoy,
igual que Ángel Merkel, obligada a nacer en el seno de un régimen donde los
Vopos imponían su terror criminal.
En
lo que discrepo de vd. es en su pretensión de hacer responsable a Merkel de su
desgracia familiar. Para empezar, es muy dudoso que la actual Alemania Federal
sea la heredera del militarismo Prusiano, país que a día de hoy
forma parte de Polonia y Rusia. Pero, si aceptamos la idea de que esas
herencias nos alcanzan como “españoles” o “alemanes”, debería vd. disculparse
ante Ángela Merkel por la División Azul ,
cuerpo de ejército español que como sabe fue enviado en ayuda de Hitler, de
quien el régimen de Pankow fue legítimo heredero. ¿Me equivoco?
Tanto
la presidenta alemana como el español han nacido en 1954 y siempre han guiado
sus actos por los valores de libertad, democracia y respeto a los derechos
humanos. Muy especialmente han atendido a esa idea de una disculpa mutua y generalizada
por unos antecedentes históricos de odio, muerte y vesania política. Esa
disculpa tiene un nombre: Unión Europea; una idea que ha funcionado de dulce y
nos ha proporcionado la más dilatada época de respeto a los derechos personales
que la historia haya conocido. En Santiago, donde Europa nació, Rajoy y Merkel
estaban celebrando la
U.E. Disculpándose y disculpándonos, e interponiendo una pared
frente al odio.
Le
invito a una reflexión, don Darío. El proceso unificador que están cimentando Rajoy y
Merkel ¿favorece que a sus hijos, nietos o sobrinos les pase lo mismo que a su
padre? ¿Es neutral? ¿O más bien lo evita?
Todo
ello dicho sea con fraternidad democrática y honor a los mártires de la Libertad.
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