martes, 10 de enero de 2012

MARIANO RAJOY.-INSTRUCCIONES DE USO



         A juicio de Jacques la imagen mediática de R está completamente distorsionada. Supongo que la cosa tuvo su origen en que un rival lanzaba una insidia y esta era magnificada por medios simbióticos con el poder.  Como ahora la realidad se irá imponiendo por la fuerza de los hechos, estas líneas se dirigen a periodistas y rivales políticos que quieran ir adelantando terreno. Por ejemplo, para ganar la porras ministeriales (¿no les decía en mi anterior entrada que iba a haber ministros centristas-o sea de UCD?).
         Para empezar, enrollen la hamaca y guárdenla en el trastero. R es un trabajador infatigable, casi inhumano. Si sacó en 4 meses una oposición para la que otros tardan 10 años, no es porque sea Einstein. Para resistir aquellas sesiones de trabajo de 20 horas en el húmedo inverno compostelano aconsejaba no encender la estufa, porque si no te daba el sueño.  En política igual; si reside y trabaja a menudo en Sanxenxo, es porque de allí son su mujer y él, no porque sea una playa, igual que Madrid no es un parque de atracciones. En jornadas de muchas horas, se dedica a  estudiar la situación de cada agrupación, de cada pueblo, de la crisis del sector del pimiento, de las fusiones en el mercado energético. Conoce y contacta a diario con incontables afiliados o dirigentes y ese fue el secreto de su respaldo como líder de la oposición, aunque si usted prefiere pensar que fue chiripa, yo no se lo voy a criticar.
         En materia de medios aplica el principio yosoyelquesoy. Este lema dice mucho más de lo que parece a primera vista. Jacques ya advirtió en otra entrada que se ha creado una ideología propia a base de lecturas; él no va a seguir los dictados de ningún periódico, ni a dar saltos para aparecer en la cámara, ni a dar titulares. No hará comparecencias ni ruedas de prensa frecuentes, porque cree que el poder debe rodearse de cierto empaque y prestancia, para que cuando comparezca y diga algo, eso vaya a misa. Hay que cambiar el chip zapateril; más bien se parece en esto al primer Felipe. Tratará exactamente igual a El País que a El Mundo; aprovéchense porque se le puede batear a gusto. Hasta en el cielo de la boca, oiga. Un ejemplo: Este año El País publicó que cobraba no se que comisiones millonarias de un Registro de la Propiedad (Hace tiempo los Registros eran como las farmacias y podías pedir la excedencia y dejar un sustituto; esto se abolió hace más una década, pero mucho antes el propio R, cuando aun era legal, renunció por motivos de ética personal para entrar en política activa). El artículo de El País era una falacia, y de las gordas, porque convertía algo bueno en algo malo. Pues bien, a los pocos días Jacques lo vio leyendo dicho periódico ¡tan pancho!    
         Creo que solo hay dos cosas que le enfadan de verdad: Una, que se metan con su familia, que para él es lo primero. Los escarceos de El Mundo para desalojarle cuando lo de del congreso de Valencia, rozaron ese límite. Dos, cualquier insinuación de posturas comprensivas con el fascismo. Su familia fue arruinada y vejada por la dictadura y no sufre síndrome de Estocolmo. Cuando el difunto Polanco lanzó la especie, R le retiró la palabra. En otro periódico Jacques leyó con los ojos como platos que en su juventud ¡había sido falangista! Jacques tuvo la maldad de recordárselo en un acto de homenaje a su abuelo y cada  poco daba una especie de bote en el asiento y murmuraba ¡Yo falangista! Creo que la cosa venía porque al periodista le parecía que un tío segundo de un cuñado lo era y de ahí armaba la argumentación. A Jacques le parece que el adolescente R más bien escuchaba la Pirenaica que leía el Arriba, pero ¡allá cada uno con sus deducciones! Claro que con esos métodos peregrinos le va a ser muy difícil acertar en la situación actual. Vamos, digo yo.
         Y ahora, vamos con ideología. Hace poco Jacques escuchó en Intereconomia a un Senador socialista que se felicitaba por la “metedura de pata” de nombrar secretaria de estado a una señora de la ceja; o un secretario de cultura, próximo al socialismo, casado con una diputada de ese partido; o la misma Soraya, ex-simpatizante; o Wert, colaborador de El País: o ucedistas del ala progre.  Bien, ese senador, creo que por Granada, va a tener muchos motivos de alegría en el futuro. De hecho, me extrañó que no fuera ministro determinado del anterior gobierno de Zapatero y aun espero que lo sea. Quiere decir que R considera con perfecta naturalidad como un vivero a las personas más competentes de la izquierda y no va a tener el menor problema en servirse a gusto. Yosoyelquesoy. Si antes he citado diferencias con los gobiernos de Zapatero, esta lo es de los de Aznar (pero similar a Suárez, con el que la coincidencia ideológica es casi total: es el parangón correcto). R entró en política a principios de los ochenta, incorporándose el partido de Alianza Popular, pero desde el principio ejerció una poderosa presión de “extremo-centro” ¿recuerdan cuando Fraga quiso echarlo? Algún día se conocerán las entretelas de la “Operación Roca”, que en opinión de Jacques no era otra cosa que el nacimiento prematuro del partido popular actual. A esa ideología que en España existe bajo tierra (Montero, Portela, Cabanillas, Suárez) y a veces aflora, alguien la definió felizmente como de Extremo-centro, aunque yo voy a poner una regla más facilita: caso de guerra civil, son los fusilables por ambos bandos. A poco que piense, encontrará unos cuantos ejemplos, más de los que creía en un principio.
         En fin, supongo que estos rollos ideológicos solo tienen gracia si sirven para adivinar el futuro. Con lo difícil que es hacer de augur, a Jacques le parece que se producirán ciertos corrimientos de terreno. Por un lado R irá comiendo terreno al socialismo (al ofrecer medidas prácticas de redistribución de riqueza, frente a las puramente verbales-bucales del Rubal-chaconismo). Asimismo a Jacques le pega que se tenderán a equilibrar las fuerzas de los tres partidos de oposición a nivel nacional (socialistas, progresistas, izquierdistas) y no creo que R, en busca de la hegemonía, deje de favorecer esa tendencia. El exagerado tiempo que dedicó en la investidura a las cuitas electorales de Rosa Díez o radicales de Lara, parece ir en ese sentido. Todo ello creará tensiones a su derecha, favorecidas por las elites del dinero, que seguramente encontrarán su expresión en la creación de facciones, cuando no en casos de abierta rebeldía, en situación de debilidad.
         Claro que estas visiones podrían ser adecuadas en una situación de normalidad; pero en estos momentos la quiebra del país y la nosecomollamarla de las entidades financieras será lo que marcará la agenda a corto plazo.     

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