En cierta
ocasión un famoso político (Bah, Adolfo Suárez) le dijo a Jacques que “en política,
todo lo que parece, es”. Me viene este pensamiento a la mente ante una curiosa
concatenación circunstancias. El Tribunal de Estrasburgo anula la doctrina
Parot, al computar los beneficios penitenciarios sobre la pena máxima de 30
años y no sobre cada una de las condenas, con lo que te sale igual matar a uno
que a cincuenta. Zapatero reaparece en Televisión: no olvidemos que considera
la “pacificación” como su mayor logro; que uno de sus requisitos era la anulación
de la “Parot” y que, para ese fin, situó un peón en Estrasburgo. La Audiencia Nacional
pone en libertad a la etarra Inés del Río a velocidad de vértigo, como si de
jueces americanos se tratase. El gobierno español quizás presionó a la contra,
pero poquito ¿sabéis de donde salen los sueldos de los jueces de la Corte Europea de Derechos
Humanos?
Quizás esté
bien y quizás éste sea el precio de la paz. Pero como me decía una madre, “que
el precio sea la vida de mi hijo, no, si quieres, podemos disponer del tuyo”.
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