El
concello de Cervantes de los Ancares celebra este fin de semana la fiesta de su ilustre
homónimo, Miguel de Cervantes. Jacques se alegra de la rehabilitación del más
genial de los novelistas en castrapo,
acontecimiento del que espera se beneficiarán pronto otros como Rosalía, Cela,
Torrente, Cunqueiro, Pardo-Bazán o Valle. Cervantes escribe en la misma lengua
que hablamos por la calle en Coruña o Vigo y, si me apuráis, sobre el mismo país.
Has
leído bien. Es cierto que don Quijote se proclama de La Mancha , pero se trata de
una “Mancha” un tanto psicodélica, con hayas, acebos, castaños, verdes prados, regatos
y lobos. Carros de bueyes chirriantes. Y gaiteiros. Y ánimas en pena. En fin,
no es cosa de localismos trasnochados, pero si él siempre se proclamó de los
Ancares o montes de León (por boca de sus alter
ego el Cautivo y el Damón), poco más da que lo nacieran en Alcalá de
Henares. De todos modos, su presunta partida de nacimiento alcalaína resulta un
tanto sospechosa: el tal Miguel Carbantes Cortinas fue registrado en 1547, dos
años antes que la fecha que Miguel Cervantes Saavedra (no Cortinas) da como de
su nacimiento. Lo de Saavedra no se lo tomaba de broma: cuando tuvo que “darle
su apellido” a una hija natural, le puso Isabel Saavedra. Porque el era Miguel
Saavedra de Cervantes, como Pedro Menéndez
de Avilés. Como la “casa de los
Saavedra”, de San Román de Cervantes, que la tradición quiere que sea la casa
petrucial del genio (aunque el autor del que tomo estos datos, Brandariz,
proponga nacerlo en otros Cervantes del lado sanabrés de los Ancares, por
entonces también galaicos). Bah, patrioterismo de campanario, lo verdaderamente
importante es que Cervantes se sentía gallego y escribía como tal. A veces
directamente: lercha, frade, ferido, chanto, fada, ferro, rapaza, rúa, zoca…
¡tarde piache! Pero lo más normal es que lo haga en castrapo (la maldita lengua
de la calle). El uso del “luego”, como en “salid luego”, el uso del “quitar”
(quitar entradas para el cine), como en “quitar la ventura”; el decir “le soy”,
como en “le soy amigo”, el diminutivo en “iña”, como en Montiña, etc. Miguel
Saavedra, de Cervantes, era un consumado castrapista, a veces creo que plagia a Valle
Inclán. Léelo, ya verás como esa música te suena.
Se
ha puesto una pica en los Ancares por Cervantes ¿Para cuando por Rosalía? ¿Para
cuando la novela de Rosalía en las escuelas? Yo empezaría por El primer loco.
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