El
quehaydelomío se ha convertido en la monserga nacional. Un penoso panorama de
manifestantes rodeados de una multitud a la que le importan un pimiento sus reivindicaciones
autistas. Oiga, no me ocupe la calle ¿por qué no se va a manifestar al Páramo
de Masa?
Por
más que el espectáculo sea el lógico resultado de la combinación entre el
agotamiento del Tesoro Público y una sociedad egoísta hasta la saña, no es
menos triste. Nadie dice lo que piensa en el fondo de su corazón (que fastidien
al vecino en vez de a mí). Algunos, pocos, necesitan buscar justificaciones a
su egoísmo infantil; las más frecuentes suelen ser la Magia , los Ricos o la Merkel. La Magia no funciona
para allegar o ahorrar recursos públicos; a los Ricos, con el impuesto de la
renta y patrimonio mas altos del mundo, cuanto más se les sube, menos se
recauda; en cuanto a los Préstamos en el extranjero, cuanto más se pide, peor;
cobran más intereses y queda menos para tus justas reivindicaciones. Nada,
nada, lo mejor es que se lo quiten al
vecino, aunque como yo soy autista, prefiero piadosamente no pensar en
ello. Vale amigo, pero no te ofendas cuando el vecino tuerce la cabeza al paso
de tu manifestación. Estas “manifestaciones” lo que son es el colmo del optimismo, como si el exhibirse
ante los demás (a los que se quiere fastidiar) fuera a servir para algo.
¿Jugamos
al juego de ser sinceros un momento? Venga, será solo un momento y luego
volveremos al tradicional “los demás que se zurzan”.
—Las
TASAS JUDICIALES, que han subido para que los litigantes abonen un 10% del
servicio mientras que los no-litigantes seguirán sufragando el 90% restante. No
hay que ser un hacha para darse cuenta de que van a subir mucho más en años
sucesivos, ya que en Europa el porcentaje medio es del 50% el litigante y el
50% la sociedad y dudo mucho que los alemanes se animen a financiar pleitos
españoles. No, hijo, el sector de la construcción ya no da para financiar esas
cosas.
-EL
PENSAMIENTO INDECENTE: ¡Quiero que la Justicia siga pagada al 100% por todos los
ciudadanos, pleiteen o no! El dinero que se lo saquen por ejemplo… ¡A los
pensionistas! (Tengo 28 años). Eso, que les quiten una paga.
-EL
PENSAMIENTO DECENTE: Quiero que la
Justicia sea sufragada al 100% por la ciudadanía y que el
coste se sufrague retirando las dos pagas y un 25% del sueldo a los
funcionarios de Justicia.
—LA GESTION PRIVADA DE LA SANIDAD PÚBLICA que ahorra de
un 30 a
un 40% de los costes y permite sufragar la creciente factura la Sanidad Pública , en Francia, en
Andalucía, en Galicia… ¡pero no en Madrid! ¡Mantengamos nuestras gabelas
laborales! ¡No pasarán!
-EL
PENSAMIENTO INDECENTE: Me resulta cómodo el modelo de gestión actual de la Sanidad , por más que el
derroche obligue a sangrar a impuestos al vecino del taller, a que lo cierre, a
que sus hijos vayan al paro… ¿Qué se acabó el dinero? Pues que se lo quiten a…
a… ¡al Ejército! Eso, que supriman el Ejército.
-EL
PENSAMIENTO DECENTE: La gestión actual de la Sanidad es maravillosa, alegre y despreocupada. La
falta de recursos se arregla fácilmente sustituyendo a los funcionarios por
trabajadores privados que cobren la mitad.
—LA
EXTRA DE NAVIDAD, que se ha retirado a los
funcionarios por falta manifiesta de fondos y de donde pedirlos prestados. Son de
esperar sucesivas rebajas, ya sea de sueldo o de pagas, en tanto la Caja esté poblada de
telarañas.
-EL
PENSAMIENTO INDECENTE: Que se desangre fiscalmente un poco más al sector
privado. ¿A alguien le importa que a ellos les haya bajado mucho más el sueldo?
Oiga, yo soy funcionario, tengo una pedigree, una oposición, un garbo, un tronío…
-EL
PENSAMIENTO DECENTE : La falta de recursos se arregla fácilmente despidiendo un
par de millones de funcionarios y promediando el sueldo de los demás.
—LAS
ACCIONES PREFERENTES, de las que, al parecer, entidades financiadas con fondos
públicos restituirán hasta un 60% de la inversión.
-EL
PENSAMIENTO INDECENTE: Que me pague el fisco el 100% de mi inversión, incluidos
los intereses al 8%. ¿De donde lo saca? Fácil: que detraigan su importe por vía
fiscal al accionista del Banco Pastor, que ha perdido el 95% de su inversión en un par de años. O al de Bankia, que ha perdido el 100%.
-EL
PENSAMIENTO DECENTE: Que el Estado me reembolse hasta el último céntimo,
quiebre, y deje de pagarme la pensión y la sanidad.
En
este juego el “pensamiento indecente” es lo que nuestro subconsciente se barrunta,
pero se niega a explicitar. El “pensamiento decente” sería el pensamiento lógico
si quisiéramos que nuestras justas reivindicaciones atrajeran a los demás. O
sea, los sacrificios que nuestro “sector” estaría dispuesto a realizar para
atraer la admiración pública. En tal caso, estaríamos hablando de “manifestaciones
con destinatario”, no puramente
onanistas como las actuales.
Que
cada uno se aplique el cuento. Un último matiz: si se consiguen las reivindicaciones, el autismo falla. Se aplica
la “solución decente” por el simple hecho de que es imposible la “solución
indecente” para todos a la vez. O sea, que si la caja pública hace ¡crack!, lo
que pasa es que se despide a unos cuantos millones de funcionarios, véase
Irlanda, Grecia, Portugal…
Perdonad,
tengo que acabar. Está a punto de salir mi manifestación. ¡Pri-me-ro lo mío!
¡Pri-me-ro lo mío! Que raro. No veo ningún público.
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