La Koutoubia de Marrakech, el modelo y origen de La Giralda |
LOS VIUDOS/AS Y EL DERECHO DE TRANSMISIÓN
Apartaré la paja de esta consulta, pues si bien la consultante habla de dos transmisiones, una por cada abuelo, una sola es la que es dudosa.
Pregunta la consultante por el típico derecho de transmisión: abuelo
(transmisor), del que hereda padre (transmitente) el cual, sin aceptar ni
repudiar, deja herederos a dos hijos (transmisarios), nietos del primero y (ahí está el intríngulis), lega el usufructo universal a su 2ª esposa. ¿Puede entenderse que esta segunda esposa no tiene derecho al usufructo, porque la herencia nunca estuvo en el dominio de su causante/esposo?
Antes que nada hay que dejar claro que se trata de una cuestión súper polémica y que no daré más que mi modesta opinión, como no podría ser de otra forma.
Antes que nada hay que dejar claro que se trata de una cuestión súper polémica y que no daré más que mi modesta opinión, como no podría ser de otra forma.
Puerta de la Medina marrakechí |
La madre del cordero está en la famosa Sentencia del Tribunal Supremo de 11
de septiembre de 2.013, que fue seguida por la Resolución de la DGRN de
26/03/14: los transmisarios (los dos nietos en nuestro caso) suceden
directamente al transmisor (el abuelo) por lo que no es necesaria la intervención de la ciuda del transmitente (el padre), ni esta adquiere derecho alguno. No hay dos transmisiones (del abuelo al padre y del padre a los hijos), sino una sola directa (del abuelo a los nietos)
Ama a los gatos, odia a los perros... |
¿Mi opinión? Creo que esa doctrina gubernativa contraviene las fundamentaciones de la Sentencia del Supremo (sucesión directa); y que, en vía judicial, tiene serias posibilidades de ganar la postura de "exclusión del viudo/a usufructuario. Pero eso no consolará a aquel que "le devuelvan" una escritura del Registro.
Y se le digo lo conveniente que sería "negociar", me temo que no alabaría usted mis extraordinarias dotes de inteligencia.
MARRAKECH ¡QUÉ HEAVY!
Marrakech gustará al viajero
erudito, encantado de penetrar la Edad Media en vivo y en directo: esa
descomposición del Estado en miríadas de relaciones de vasallaje, de caridad,
de fidelidad… Pero pocos turistas 2.0, deseosos de disfrutar unos días o,
simplemente, de ver cosas “bonitas” dirían que es el lugar ideal para pasar un
puente de la Constitución. ¿Qué tiene de malo? Si permaneces en tu hotel tomando el sol,
nada: es como Canarias. Pero si te empeñas en callejear, lo más probable que
seas vejado, escupido, encerrado en tiendas, humillado o incluso, apedreado. Y
si eres mujer, escuchará sabrosas descripciones sobre tu anatomía o las
intenciones de las “manadas” que te perseguirán. Más detalles en tripAdvisor,
donde también escriben valientes medievalistas para los que todo eso no son más
que tiquismiquis. Para ellos, sí.
Los hoteles y las agencias te
darán instrucciones: en resumen, eres un saco de dinero con patas, un objeto y
no un sujeto. Lo que puedan ver tus ojos, sea lo que sea, es una mercancía
pagadera: lo ideal sería llevar los ojos vendados. Si tiras fotos, serán
perseguido hasta que pagues: la regla incluye personas, animales y cosas, con excepción
de los vegetales: en los jardines
Majorelle, antigua casa de Ives Saint Laurent, podrás hacer las que
quieras… por 18 euros.
Jardines de la casa de Ives Saint Laurent |
Nunca fijes la vista en ningún objeto a la venta: el
contacto visual implica una oferta de precio; si no inicias el rito del
regateo, el tendero puede bloquear la salida de la tienda. Va que seas inocente,
por ejemplo que estabas fotografiando a tu mujer y no a persona o cosa
marrakechí: deberás probarlo abriendo la cámara. Los taxis a menudo te
confunden con un ser humano: pide que enciendan el taxímetro y les sacarás de
su error: ¡a la calle! 5 o 50 euros, da igual, el precio de la carrera se
gradua según tu presencia de ánimo. Tripadvisor. Ah, referencia especial para
los “perdedores” (que no son los fracasados en la vida), sino jóvenes ociosos
cuyo trabajo es “perderte” por las inextricables calles de la Medina. A medida
que vagues de un callejón a otro, te seguirán más y más: aquí, todo se hace en
“equipo” de clientes (entendido en el sentido romano de la clientela). Al
final, tendrás suerte si solo hay que aflojar la cartera para reencontrarte con
la famosa plaza donde “manipulan” monos y serpientes: Jemaa el Fna.
Jemaa el Fna. Haz la foto por el back (derriére) o paga. Este lleva el uniforme antiguo de "aguador", pero, a día de hoy, es como los legionarios del coliseo: vente su "facha" para fotografías.
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La carretera está peatonalizada, pero con coches a toda pastilla |
Donde los amigos de los animales deberán, de nuevo, taparse los ojos. En general cierta somnolencia es necesaria: los grandes monumentos medievales (Mezquitas, Madrasas, Koutubia –la mamá de La Giralda-) no son visitables para los infieles. Existen, sí, ciertos monumentos de
Tumbas saadies. Si tiene capirote, es de un personaje |
Ojo: nada que ver con otras
ciudades marroquíes como Fez, Casablanca o Tánger, donde te sentirás tan cómodo
como en Sevilla. Lo que pasa es que Marrakech es muy heavy. To much. Lo más
hablado es el francés, aunque insultan muy correctamente en español.
Palacio Bahía: como aquel café morisco que hubo en Santiago (¿era el Rachid?) |
Consejos doy, para mí no tengo.
Será una buena idea, antes que nada, hacer una gira guiada por profesionales,
lo mejor agencia “Civitatis”, contratada desde aquí. Te darán unas
indispensables instrucciones de uso de tan peculiar ciudad. Por ejemplo, que quieres
comprar una baratija en el zoco (made in China, of course): si te piden 90
euros, debes ofrecer 10 para quedar en 30. O que nunca sigas tu instinto de
hacer contacto visual con alguien que te diga algo: mira al frente, como un
soldado: esos tipos amabilisimos que te persiguen buscan hacerte pupa en tu
cartera o en tu honor. O que te arrojes a la derecha cuando las motos te
intenten atropellar en los callejones del zoco. El guía, por su parte, lo único
malo que te hará será encerrarte en la tienda de ungüentos de su amiguete, eso
sí “sin regateo”. O sea que pagarías los 90. Lo mejor para cumplir es una bolsa
de té con menta al precio de 6 euros; por supuesto que en la vorágine del zoco
podrías conseguir lo mismo por 1: pero allí, tras faltarte al respeto varias
veces.
El Zoco: te pierdes fijo pero... ¡nunca pìdas ayuda! |
Volviendo al principio ¿qué
queréis que os diga? El comentario que más se escucha es “una vez y nunca más,
díjolo Santo Tomás!” Pero para los catedráticos de Arte, esas molestias no son
más que el posado de una mosca; eso sí, lo dicen mientras avanzan en compactos
batallones. Sin duda hay gente magnífica, como en todas partes; pero la estructura se llega a hacer insoportable para el turismo de relax. Personalmente soy tan masoquista que he apreciado el recibir esta
bofetada de realidad. Cierto que el sol de mediodía me dio bastante en el coco y me riñeron por no llevar la gorra.
En este plan, ¡fabuloso! |
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