COMENTARIO AL LIBRO "Sebastián de Ocampo.-Un comendador gallego descubre la isla de Cuba", de Enrique Rajoy Feijóo
El pasaporte español miente: el dibujo muestra que la llegada del Descubrimiento de América fue por Andalucía, cuando en realidad fue por Galicia. Bayona fue la primera ciudad europea que tuvo noticia del Nuevo Mundo. Esta biografía novelada, Sebastián de Ocampo.-Un comendador gallego descubre la isla de Cuba, hace caer también otros mitos. No es que el genovés Cristóbal Colón fuese gallego como pretenden algunos; es que el descubridor de lo que descubrió Colón fue el gallego Ocampo. Colón, en su pensamiento, llegó a China (el Catay) de la que Cuba sería una simple península; Ocampo bojeó (rodeó) la isla, mostrando la realidad de lo descubierto y fue decisivo para abrir los ojos de sus contemporáneos sobre la existencia de dos grandes mundos: el Azteca (México) y el Inca (Perú), colaborando además con otro descendiente de gallegos, -Núñez de Balboa- en el descubrimiento del Océano Pacífico. El tema de la novela es el de la lucha por el heroísmo de un hidalgo de Santiago que se avergüenza de sus antepasados “cambeadores de moneda”. Pero no se trata de una hagiografía (vidas de Santos): el libro desciende al cenagal del genocidio indiano que narra en toda su crudeza. Es precisamente ahí donde la figura de Ocampo destaca sobre el mar de crueldades: amigo de Las Casas, siempre antepuso la faceta de Descubridor a la de Conquistador. Lo que le costó ásperas críticas: “Hizo poco”, dice el cronista Oviedo sobre el famoso bojeo, ya que “no corrió la tierra” (eufemismo bajo el que se escondía el exterminio del indio). Por otra parte, la obra se moja en la polémica sobre la personalidad de un enigmático “comendador gallego”, fundador de la dominicana “finca Compostela”: el narrador lo identifica con Ocampo en base al rol del Segundo Viaje colombino, del que el biografiado fue pasajero. Se lee como lo que es, una novela de aventuras porque cuenta una “vida de aventuras”, así querida y así cumplimentada por su protagonista. Amigo de todos (porque todos vivían entonces en un pañuelo: la isla Española), a lo largo de la narración irán saliendo como personajes Colón, Pizarro, Hernán Cortés, Balboa, Las Casas, Ponce de León, Pedrarias y un largo etcétera. ¡Que envidia! ¡Quien pudiera!
La obra de Enrique Rajoy, Sebastián de Ocampo.-Un comendador gallego descubre la isla de Cuba está disponible en papel y ebook en www.visionlibros.com y en www.terrabooks.com, pudiendo hacerse los pedidos en la siguiente dirección:
El pasaporte español miente: el dibujo muestra que la llegada del Descubrimiento de América fue por Andalucía, cuando en realidad fue por Galicia. Bayona fue la primera ciudad europea que tuvo noticia del Nuevo Mundo. Esta biografía novelada, Sebastián de Ocampo.-Un comendador gallego descubre la isla de Cuba, hace caer también otros mitos. No es que el genovés Cristóbal Colón fuese gallego como pretenden algunos; es que el descubridor de lo que descubrió Colón fue el gallego Ocampo. Colón, en su pensamiento, llegó a China (el Catay) de la que Cuba sería una simple península; Ocampo bojeó (rodeó) la isla, mostrando la realidad de lo descubierto y fue decisivo para abrir los ojos de sus contemporáneos sobre la existencia de dos grandes mundos: el Azteca (México) y el Inca (Perú), colaborando además con otro descendiente de gallegos, -Núñez de Balboa- en el descubrimiento del Océano Pacífico. El tema de la novela es el de la lucha por el heroísmo de un hidalgo de Santiago que se avergüenza de sus antepasados “cambeadores de moneda”. Pero no se trata de una hagiografía (vidas de Santos): el libro desciende al cenagal del genocidio indiano que narra en toda su crudeza. Es precisamente ahí donde la figura de Ocampo destaca sobre el mar de crueldades: amigo de Las Casas, siempre antepuso la faceta de Descubridor a la de Conquistador. Lo que le costó ásperas críticas: “Hizo poco”, dice el cronista Oviedo sobre el famoso bojeo, ya que “no corrió la tierra” (eufemismo bajo el que se escondía el exterminio del indio). Por otra parte, la obra se moja en la polémica sobre la personalidad de un enigmático “comendador gallego”, fundador de la dominicana “finca Compostela”: el narrador lo identifica con Ocampo en base al rol del Segundo Viaje colombino, del que el biografiado fue pasajero. Se lee como lo que es, una novela de aventuras porque cuenta una “vida de aventuras”, así querida y así cumplimentada por su protagonista. Amigo de todos (porque todos vivían entonces en un pañuelo: la isla Española), a lo largo de la narración irán saliendo como personajes Colón, Pizarro, Hernán Cortés, Balboa, Las Casas, Ponce de León, Pedrarias y un largo etcétera. ¡Que envidia! ¡Quien pudiera!
La obra de Enrique Rajoy, Sebastián de Ocampo.-Un comendador gallego descubre la isla de Cuba está disponible en papel y ebook en www.visionlibros.com y en www.terrabooks.com, pudiendo hacerse los pedidos en la siguiente dirección:
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