PAZO DE MONTESACRO E IGLESIA LA VALVANERA |
Partamos del indicador
"Asilo de Anciáns" Pazo Montesacro, viniendo a pedal desde Sanxenxo.
A la derecha, una cuesta nos remonta a las alturas del arte "gótico
mariñeiro" (Dozo); a la izquierda, olor a
sal y a pescado podrido: es el
barrio pescador de Santo Tomé. Por aquí. Muy pronto nos espera el PAZO DE
MONTESACRO cuya escalinata domina la bahía donde, en rojos, granates y
naranjas, se ofrece la mejor Sunset del Mundo. Parece un contradiós que en la
capital del Albariño se venere el Rioja, pero así es. Valvanera de Zárate,
riojana de pro, heredó el PAZO en el s XVIII y no se le ocurrió mejor idea que
secuestrar a la Virgen de ídem, patrona de La Rioja, derribando una torre para
hacer su capilla. La imagen riojana desapareció en una restauración, por lo que
la más auténtica es esta. Las santotomeñas se nombran Neri y Nerita con gran
inconsciencia pues esta imagen repele al género femenino y, mujer que permanece
9 días en sus inmediaciones, mujer que muere. La reina Isabel la Católica hizo
un experimento con una de sus camareras y al noveno día, ¡plas!. Cascó. En este barrio se toman ostras con
Rioja y si uno es un curioso, hace una excursión por la pasarela marítima hasta
la TORRE DE SAN SADURNIÑO, una de las tres que nos protegían de las razias
vikingas. Inútilmente, pues a la Iglesia no se ocurrió mejor idea que hacer
Santo a un tal Olaf, el saqueador de Jacobsland (Compostela).
Volvemos al indicador Asilo de
Anciáns y tomamos ahora la izquierda, hacia SANTA MARIÑA DOZO. Las ruinas son
un ejemplo del gótico mariñeiro (con bolitas de piedra) y el cementerio que
contienen forma parte de una asociación de camposantos inefables, junto al de
Père Lachaise y otros. Hay una capilla un poco más arriba, LA PASTORA, pero
solo es entrañable para el vecindario. Mejor
bajamos un poco y nos metemos a la
derecha: pronto nos toparemos con el PAZO DE ULLOA. El jardín, las galerías y
columnatas, cipreses y laureles, traen enseguida a la memoria los tiempos
pasados: solo falta la Señorita que entona un aria al piano. Su escudo torcido
te evocará al punto a su famosa inquilina del S XVIII, doña María de Ulloa.
Sesenta hijos, ocho maridos y amable hasta con los plebeyos. Los muy sosos de
los curas ordenaron que se torciera el escudo que preside la portada, ¡fíjate¡
Pero este PAZO solo es accesible para eventos
(bodas). Si quieres gozar de un regio jardín pacego sube por la rua
Sabugueiros y a 100 metros tendrás el PAZO DE LA CAPITANA, de libre acceso.
Cuando recorras sin frondas barrocas, sus fuentes y canales arrulladores, te
entraran ganas de hacerte poeta (siempre que antes hayas degustado el excelente
Albariño de sus bodegas). El Capitán de La Capitana fue Cardecid, que lo fue a
principios del S XIX de una Cuba empeñada en "blanquearse" para lo
que se importaron masivamente chinos, canarios y... gallegos.
Volvamos ahora al punto del
"escudo torcido", donde también existe un crucero. Nos dirigimos por
la ruta Os Pazos y pronto topamos con la IGLESIA DE SAN FRANCISCO, del S XV,
con elementos góticos y clásicos, pero que al simple aficionado le puede hacer
gracia por las pintas de Adán y sobre todo una Eva tapando teta que nada incita
al erotismo. De las yagas del santo mejor no hablo en un lugar donde sirven un
marisco tan rico.
Bajamos ahora por cualquiera
de las sombrías Callejas que llevan a la zona del Ayuntamiento: nos detenemos a
la sombra de una especia de Coloso de Rodas broncíneo y subimos (en dirección
opuesta al ayto.) a la plaza Alfredo Brañas, ecléctica con sus casas, unas
modernistas, otras medievales. Mientras tomas otro Albariño en sus famosas
terrazas tus ojos pesquisidores reconocerán cercanos dos Pazos más:
El PAZO DE FAJARDO, sumergida
su fachada entre enormes matas de jazmines y buganvillias, ¡preciosa foto!
perteneció a un obispo de Buenos Aires; y, si tomas por el callejón de su
izquierda, descubrirás el PAZO CASA DE LAS CONCHAS, como la de Salamanca, pero
más bonita.
Volvemos a la plaza de Brañas.
En su parte superior empieza la calle Hospital, la más monumental de la zona si
descontamos Fefiñanes. El primero que salta a tu vista es el PAZO DE FARIÑA,
pero ¡¡¡no se te ocurra preguntar por "fariña"!!! Luego, cuando me refiera al tema de "Corleone
en Cambados" sabrás porqué. Por la calle Hospital, tras un cruce, llegamos
ahora al PAZO DE MOLTÓ. Fue Hospital de apestados e incluso tiene una iglesia
enfrente para purificarlos, pero hoy guarda un restaurante con estrella
Míchelín: el Yayo Daporta. La calle ofrece también la antigua capilla de otro
PAZO, muy interesante para los interesados en capillas.
Volvamos mejor al coloso de
bronce y, pasado el ayuntamiento, torzamos a la derecha hasta ver la calle
Real, reconocible por el follón. Esta calle es una sucesión de plácitas con
terrazas de máximo ambiente y entorno monumental, para que nada falte. La plaza
del escultor Asorey luce su clásica Maternidad a tamaño gigante. Bajando por la
calle de la Leña, llegarás a la plaza das Rodas, reconocible a primer vistazo
por la bola pétrea de su fuente.
Yo me tomaría aquí unas tapas de choquiños y
pimientos de Padrón, antes de seguir por la misma calle a los ss. Pazos: el
PAZO DE TORRADO, con patín (escalera y terraza exterior) y escudo con Sirena. A
estas alturas habrás visto ya una docena de escudos-sirena que quieren decir
que la familia se proclama descendiente de la Sirena que violó Mariño en laisla de Sálvora (click). En ninguna parte del mundo existe tanta gente con
escamas.
Más abajo, el PAZO DEL
ALBARIÑO es el Parador Nacional; uno de los más solicitados; destaca por los
enormes árboles de su parque y el Bacallau a Portuguesa.
Volviendo a subir y rematando la calle Real
está el enorme PAZO DE FEFIÑANES. Del XV es el más antiguo, pero a Jacques le
hace gracia por los rostros de piedra que decoran como lunares su fachada.
Tiene mucho que ver: patio accesible con bodegas, corredores superiores que
recorren parte de la plaza; los "Balboas" (esculturas con garrote que
protegen las tumbas de los marqueses en la vecina iglesia). Pero a Jacques lo
que más le sugiere son dos cosas: la Torre del caminante, a 100 metros pasando
bajo el Arco, con sugerentes máximas ("procura escoger amigos mejores que
tú") y el restaurante Bajo el
Magnolio, a la izquierda del Arco, donde dan las mejores almejas del mundo
mundial.
Cambados tiene otras cosas,
como un Molino de Marea, apasionante para los interesados en los Molinos de
Marea, el Paseo de la Calzada, que gustará a los que gusten de Alamedas y
Paseos, etc. Pero, puestos a terminar, me recuerdas que he prometido morbo. Yo
lo daría, podría darlo.... pero me recuerdo que soy un débil humano. Por eso me
permitiré remitirme al diario El País. En este link (click) puedes leer el
reportaje CORLEONE EN CAMBADOS. Y luego chitssss... Haz como todos.Tú a la almejas y el
Albariño...
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