HIPOTECA INVERSA: DEMANDA SIN OFERTA |
El pasado viernes, 5 de julio DE 2.019,
Enrique Rajoy participó en la charla que la Asociación de Personas Sordas
ASPESOR tuvo en su sede de A Coruña sobre el tema LA HIPOTECA INVERSA. Aparte
de disfrutar del grato ambiente que te hace sentir como en tu casa, pudo constatar
el gran interés que existe por este producto, a pesar de que, leo de internet “Los Bancos sostienen que no hay demanda”.
¿Será que no hay Oferta? ¿O quizás todos
los pensionistas son marqueses y ven innecesario el complemento de su pensión?
Las hipotecas inversas son un
producto bancario complementario de las pensiones que consiste en que el Banco,
bien te entrega una cantidad (por ejemplo 108.000 euros), bien te paga una
renta o pensión mensual (por ejemplo 600 euros/mes) y tu, a cambio, les hipotecas
tu vivienda pero no devuelves nada hasta después de tu
muerte, o sea nunca, porque los paganos serán tus herederos. Además
de su ventaja evidente, completar la pensión, existe otra más sutil como es “forzar
la mano” a esos herederos que, en teoría, te cuidan; pero que, en la práctica,
no te llaman ni en Navidad: así no se lo llevarán calentito a tu fallecimiento,
sino que te habrás cobrado por ti mismo esos cuidados que tan generosamente
proclaman.
Las condiciones en esencia, son:
*Tener 65 años o más o
discapacidad del 33% o más.
*El Banco paga, o una cantidad de
golpe, o una renta mensual.
*La deuda solo es exigible a la
muerte del prestatario; si son dos, del último.
*Tras el RIP los herederos tienen
estas alternativas: 1ª) Pagar el préstamo de una tacada; 2ª) Pagarlo por cuotas
como un hipotecario ordinario, si así se ha establecido; 3ª) Si ese es el bien
que existe en la herencia, lo normal, también pueden entregar el piso y se
acabó, sin que los herederos respondan con lo suyo: el beneficio de inventario
es automático.
*Las “hipotecas inversas” gozan
de una serie de beneficios que han perdido actualidad: exención del impuesto y
honorarios reducidos de notario y registrador (a día de hoy, el Banco lo paga
todo en todas las hipotecas, no solo “inversas”).
*La hipoteca inversa puede recaer
sobre piso distinto de la vivienda habitual; en cuyo caso no habría lugar a “beneficios”
(a día de hoy como dijimos, da igual).
Según una calculadora automática
que es lo primero que te aparece en
internet, la “Inversa” para dos octogenarios con un piso tasado en 300.000
serían, o 108.000 a tocateja, o unos 600 euros/mes. Si septuagenarios y
200.000, unos 52.000 o 200/mes. En el primer caso, un 43%; en el segundo, un
26% de la valoración. Los tipos de interés oscilan entre el 5% y el 6%.
¿A que está bien? Lo único malo…
es que LAS
HIPOTECAS INVERSAS NO EXISTEN. La Ley (41/2007, Ad. 1ª) prevé que
solo pueden conceder inversas los Bancos y las Aseguradoras y estas SE NIEGAN
EN REDONDO. Pedir una es tontería. Entendámonos, si tienes 95 años y un piso de
un millón en el Barrio de Salamanca, sí. Pero si eres gallego, olvídate. El año
pasado en toda España se concedieron 20, por poner un ejemplo, en el Reino
Unido, 38.000. Allí salen en los carteles en las cristaleras de los Bancos,
aquí, ni se comercializan, ni se publicitan. A una pequeña encuesta realizada a
nivel privé, la mayoría de los Bancos nos respondieron que si podíamos hablar
de otra cosa; e incluso una entidad que alardea estos días de que “le parece un
producto socialmente interesante” ni se ha dignado contestar al teléfono.
Publicidad descarada para colocarte otra cosa.
¿Porqué huyen? Supongo que tendrá
algo que ve la combinación de intereses microscópicos, la volatilidad de
nuestro mercado inmobiliario, la alta tasa de supervivencia española -la mayor
del Mundo tras Japón- y el guante de seda de nuestra autoridad bancaria. Esto no
es tan diferente al Reino Unido, ¿verdad? (vale, aquí de come mejor). La única
solución está en los poderes públicos, que deben forzar y, a la vez estimular, a
los Bancos, el típico palo y zanahoria. Porcentaje sobre hipotecas totales,
fiscalidad, tema de coeficientes, etc., etc.; envíen a Londres al abogado del
Estado que en un periquete retorna con un proyecto de reforma en condiciones.
Si no, la hipoteca inversa solo
estará bien para que los Bancos se hagan publicidad: “La hipoteca inversa es un
producto socialmente interesante, hum, hum”.
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