Puerta de Jaffa: por aquí empieza Jerusalén todo el Mundo |
¿Puede comentarme este caso? Un
señor, dueño de casi todas las acciones de una conservera, muere intestado,
heredándole su único hijo, jovencísimo, el cual también falleció en el
accidente del que vd. se acordará de…, heredando ahora los títulos abintestato la
madre, viuda del conservero. Han pasado x años y la madre también ha pasado a
mejor vida bajo testamento en el que ¡pásmese!, nombra herederos a sus dos
sobrinos, los suyos, dejando con un palmo de narices a los hermanos de su
marido, de cuya familia, generación tras generación, procede la conservera, la
casa de… y muchas cosas más.
El muro... es un muro, con perdón |
Respuesta.-El asunto se respondió
por sí solo cuando vd. me aclaró que se
trata de una familia de Pontevedra. Si hubieran sido castellanos o de otro
territorio de Derecho Común, sería de
aplicación la famosa “Reserva lineal”, o sea que el ascendiente que hereda de
su descendiente bienes que este hubiese heredado de otro ascendiente, se haya
obligado a reservar (es decir, a adjudicarlos a título sucesorio) los
adquiridos por ministerio de ley, en favor de los parientes pertenecientes a la
línea de
Esquina de la "plataforma" (de que forma parte el muro) |
donde los bienes procedan (art. 811 CC). En cambio en Galicia están absolutamente
prohibidas las reservas (182 LG) ya que la sucesión es un fenómeno voluntario:
el que lo desee, voluntariamente, puede imponer en testamento todas las que
quiera, pero la ley no presume nada. Por tanto, si ese señor conservero no
quiso reservar esas acciones en favor de su familia, habrá que respetar su
voluntad. Heredan los sobrinos de la señora y punto.
Por eso, para declararse a sus
novias, los gallegos están obligados a decir “Te quiero, cariño”. En cambio, a los
castellanos les basta con recordar: “La ley presume que te quiero, presunto cariño”.
Los romanos derruyeron el Templo y se llevaron el candelabro que verás sobre el Arco de Tito. |
JERUSALÉN
Jerusalén es una ciudad
amurallada, básicamente romana con aditamentos góticos de la época de los
cruzados. Por la puerta de Jaffa (¿no era Jaifa?) inicias el Decumanus que
entre coloridos de zoco árabe acaba en el famoso “muro”, en realidad uno de los
laterales de una enorme "plataforma"
Fortaleza Antonia: desde aquí, Roma vigilaba el Templo |
cuadrangular, tan evidente como la propia
ciudad: sobre ella Herodes el Grande edificó el Templo del que nada queda, pero
sí las Mezquitas y el domo de la Roca, que lo sustituyeron. El Decumanus se
cruza con el Cardo, esté restaurado en sus esencias latinas, ya que el
emperador Elio Adriano (de los Elios cordobeses) decidió crear aquí una ciudad
romana: Elia Capitolina. Pero mejor no hablar aquí mucho de los españoles ni de
que Felipe VI es el rey de esta ciudad; en general hay que estar bastante
callado, pues la violencia se percibe a flor de piel: basta ver esas mocitas
arrastrando fusiles de asalto, más largos que ellas mismas. El Cardo conduce a
la iglesia del Santo Sepulcro, construcción constantiniana que recubrió la roca
de las ejecuciones, el Gólgota o Calvario, así como el presunto Divino Sepulcro.
La primera es legítima; desde la misma Crucifixión ha sido visitada por
peregrinos, incluso a través
Vía Dolorosa: es una falsificación, ya que parte
de la "Antonia" (un cuartel), y no del Pretorio,
donde Poncio Pilatos juzgó al Cristo
y dictó una sentencia prevaricatoria. |
de túneles (en la época en que le cayó encima “Elia
Capitolina”). Constantino, tras el Edicto de Tolerancia, mandó despejar de
escombro la roca; pero el sepulcro legítimo resultó destruido (se venera otro, a saber de quien). Ah, lo de la violencia no
lo digo de broma: en la cola para arrodillarse en el Calvario los puestos se
ganan, que pena, a garrotazo limpio.
Puerta dorada, hoy clausurada: por aquí se produjo la "entrada" del Mesías |
Nacionalismo a flor de piel: exultante, en un caso; musitado entre dientes pero no menos ardiente, en el otro |
Puerta de los Leones: traspasándola, color local a tope |
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