lunes, 19 de septiembre de 2011

¿HABRÁ CORRALITO?

La apremiante pregunta abruma a aquellos a quienes el público concede capacidad de consejo. Ahora póngase en el pellejo del preguntado ¿y si me equivoco? ¿Que terribles consecuencias puede tener una metedura de pata? Aun así Jacques cree que merece la pena intentarlo. La gente está haciendo muchas tonterías. Una señora me cuenta sin disimulo los distintos escondrijos caseros donde está escondiendo decenas de miles de euros. Asesores financieros y bancos privados están aconsejando la conversión del dinero bien en oro, bien en francos Suizos. La fiebre de “guardar algo en casa” se ha extendido hasta límites insospechados, poniendo en evidencia que nuestros paisanos, cuya principal ciudad es Buenos Aires (400.000 gallegos), tenemos memoria histórica argentina.
Lo primero, aclarar en que consiste. El corralito significa que vas al banco a pedir dinero y te dicen que no te lo dan, aunque lo tengas. Es decir que tus cuentas, libretas, fondos, acciones, depósitos, etc., están bloqueados. Solo 250 euros. Aunque tengas que pagarte una operación a vida o muerte. Tiene que ver con que un Estado no solo es insolvente (por mucho que se ponga, no puede cumplir sus compromisos), sino también ilíquido (no tiene dinero físico para pagar). Por eso necesitan coger el tuyo.
¿Cuál es la situación de España? Como ahora parece que ya se puede decir la verdad, mejor no andar con pamemas. Usando las palabras de quien más sabe, el que más tiempo ha sido presidente (Felipe González), la situación se resume así: a) España está al borde del precipicio. b) Me rebelo (se rebela Felipe, y yo con él) contra el hecho de que sea irreversible que nos caigamos, por ser incapaces como pueblo de afrontar la realidad. La realidad es que pagamos nuestros gastos corrientes (médicos, maestros, medicinas…) con deuda, la deuda la refinanciamos y vuelta a empezar. Los acreedores empiezan a sentir desconfianza y ya no nos prestan o lo hacen en condiciones leoninas, por lo que nos “tiene” que financiar el banco emisor del Euro, el banco Europeo. La cosa va a peor porque cada año gastamos una décima parte más del producto total del país. Bancos y Cajas tienen que devolver cantidades ingentes de dinero (120.000 en 2012) que la mayoría no tiene (la garantía son eriales improductivos, sobrevalorados pomposamente como “solares”), por lo que el Estado tienen que ayudarles (ejemplo, los 20.000 de la C.A.M.) con más deuda, reanudando el círculo vicioso. En fin ¿para que seguir? Las diferencia de opinión son de matiz: lo que para González es “estar el borde del precipicio”, para Zapatero (así lo dijo a los Sindicatos), es “estar al borde del abismo”. Abismo o precipicio: parece igual de desagradable.
Bien, pasemos ahora a las posibles soluciones que espero le den alguna pista sobre la respuesta a la pregunta principal.
-Lo primero ponernos en pie. Te rompe el corazón que un presidente que reconoce que ha llevado el país al abismo, que ya ha bajado las manos, convoque elecciones a varios meses vista. ¿Qué por qué lo digo? Porque España va a necesitar dinero cash. Dinero de verdad, del que se toca y se huele. Como todo el mundo comprenderá, a este gobierno histérico no se lo van a prestar.
-Lo segundo, reformas radicales de todo lo que nos llevó hasta aquí, empezando por la Banca. Solo deben quedar unas pocas entidades ¡y solventes! Para eso, habrá que utilizar el dinero del “préstamo inicial”.
-Lo tercero una obviedad: no gastar más de lo que se ingrese. El único déficit decente es cero. Hay que actuar por los dos lados, lo mismo que con las dietas de adelgazamiento: comer menos, optimizar el esfuerzo.
-Del paro no hace falta hablar, porque es una consecuencia, no una causa. Cuando aparece el dinero, el paro desaparece.
Si se hace lo debido, se creará un círculo virtuoso, igual que en 1996, y pronto se restaurará la confianza. Creamos en nosotros, somos mejores que Alemania. No estoy loco: cuando en la segunda década de los noventa nos levantamos y dejamos de lloriquear, nuestra deuda llegó a tener más prestigio que la alemana.
El mayor peligro son sin duda estos meses de la basura, en los que no vamos a hacer nada. Sin duda habrá acreedores que piensen en hacernos caer, ya que técnicamente somos insolventes. Habrá que escuchar cosas terroríficas cada vez con más frecuencia, como la reciente de los laboratorios Roche que dice que o pagamos o ya no nos van a vender más medicinas. Los políticos alemanes bramaran que ya está bien de subvencionar a los vagos españoles (lo hacen a través del B.E.)
Pero nos agarrarán por la camiseta en el borde del abismo. Si nos dejan caer, si nos estortillamos, nada cobraran de una deuda fabulosa, entre la pública, la bancaria y la privada. En cambio, y aquí también funciona la “memoria histórica”, saben que en un tiempo no muy lejano fuimos trabajadores, solventes y honrados. Las siguientes semanas van a ser un carrusel de histerias pero ¡por supuesto que nos darán la oportunidad de poner orden en nuestra casa! ¡Que más quieren! En la misma magnitud de nuestra locura pasada está nuestra mejor esperanza.
No. No guarde nada en casa. En España no habrá corralito. Ninguno de los políticos en liza lo propone. Es más, creo que ni siquiera es ese el peligro, incluso si los españoles optamos por precipitarnos por el vertedero de la historia. En ese caso lo que habrá es el corralón. ¿Y que es…? El corralón significaría que nuestros euros ya no serían euros-buenos. Les llamarían “pesetas”, “euros del sur”, “euros no-convertibles” o cualquier otro nombre ingenioso que discurrieran los 600 asesores-poetas de la Moncloa. Un euro-pocho valdría la mitad de un euro bueno. En resumen, España habría sido expulsada del euro, como ahora se propone para Grecia. Eso no es previsible a corto plazo: el tiempo de las resoluciones europeas es mucho más lento y, sobre todo, que estoy convencido de que está en nuestra mano invertir el rumbo, esquivar el abismo. Podemos elegir entre ser Argentina o Alemania, pero no creo que tengamos derecho a gimotear si luego no nos gusta lo que hayamos elegido.
Jacques

No hay comentarios:

Publicar un comentario